La CAN resulta incómoda

Luego de defender el libre comercio con la Unión Europea, el ministro Francisco Rivadeneira ahora debe justificar las restricciones comerciales a los productos de Perú y Colombia.

La tarea es compleja e incómoda para el Ministro, a quien le toca explicar por qué un Gobierno promete reglas claras para el intercambio comercial y en el corto plazo tiene un comportamiento diferente con sus socios comerciales más antiguos.

El Gobierno podrá argumentar que el entorno internacional ha cambiado y que la devaluación de las monedas en los países vecinos amenaza la competitividad de las exportaciones nacionales.

Ese discurso puede tener adeptos dentro del país, pero en el exterior se necesita demostrar con hechos y datos.

Y las importaciones nacionales desde Colombia y Perú cayeron entre enero y noviembre del 2014 respecto a igual período del año previo.

Las devaluaciones no se traducen instantáneamente en mayores exportaciones, caso contrario Ecuador hubiese aprovechado devaluación del dólar en años pasados para mejorar sus exportaciones, lo cual no ha ocurrido.

La aplicación de salvaguardias cambiarias, así como otras medidas para restringir las importaciones que se vienen aplicando desde finales del 2013, ponen en evidencia las necesidades y debilidades del nuevo modelo productivo.

La protección a la industria nacional -llamada cambio de la matriz productiva- no es compatible con las reglas de la Comunidad Andina (CAN) ni con el libre comercio.

La Secretaría de la CAN dejó mal parado a Ecuador el 6 de enero pasado, cuando le dijo que no aplique las salvaguardias cambiarias hasta que este ente se pronuncie sobre la pertinencia de la medida.

Y la semana pasada envió una carta a las autoridades de los tres países involucrados señalando que Ecuador no ha justificado las salvaguardias.

El escenario que se viene es una pugna dentro de la Secretaría de la CAN, que ya es una traba para el Gobierno.

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