La OIT prevé que la tasa de desempleo promedio, que a fines del 2019 era de 8,1%, crezca entre 4 y 5 puntos. Foto: REUTERS.
La pandemia del coronavirus sumió a América Latina y el Caribe “en una crisis económica y social sin precedentes” que ha dejado “un récord de 41 millones de desempleados” , dijo este miércoles 1 de julio del 2020 la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El impacto en el mercado laboral regional se traducirá en un aumento de la desigualdad y la pobreza, según un informe divulgado por la OIT, que tiene su sede latinoamericana en Lima.
El organismo prevé que la tasa promedio de desempleo, que a fines de 2019 era de 8,1%, crezca entre 4 y 5 puntos, aunque este dato está sujeto a que no empeore la situación sanitaria y social en los países de la región.
“En la medida en que las proyecciones para 2020 muestren una mayor contracción económica, la desocupación seguramente mostrará niveles aún mayores conjuntamente con el deterioro de otros indicadores del mercado de trabajo”, dice el informe.
Las previsiones para este año ya eran negativas incluso antes del coronavirus. En enero la OIT estimaba que la debilidad en el crecimiento económico regional incidiría en el alza del número de desempleados, que se ubicaba entonces en 25 millones de personas.
“Llegamos a un récord histórico de 41 millones de personas nuca visto en América Latina y el Caribe, la cifra mas alta en la historia de la región”, dijo al presentar el informe en una videoconferencia Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT.
Afirmó que para los países de América Latina la crisis actual es de impacto veloz, lo que se suma a limitaciones estructurales por la alta informalidad laboral, el poco espacio para medidas fiscales y la debilidad de los sistemas de salud y de protección social.
La OIT calcula que alrededor de 60% de los trabajadores actualmente empleados en América Latina y el Caribe se encuentran expuestos a posibles pérdidas de empleo, de horas trabajadas y de ingresos.
Otro fenómeno que destacó la OIT es que las tasas de desempleo no describen la magnitud de la crisis, puesto que hay “ fuertes tránsitos desde la actividad hacia la inactividad como consecuencia del confinamiento o la falta de oportunidades laborales”.
Asimismo, se registran contracciones en las horas de trabajo, situación que se reporta globalmente pero que tiene su peor reflejo en América Latina y el Caribe, según la OIT.
El descenso en horas de trabajo es de 20%, equivalente a unos 55 millones de empleos de tiempo completo en una semana laboral de 40 horas en promedio, y de 47 millones de empleos en semanas de 48 horas de trabajo promedio.
No obstante, Pinheiro dijo que “la pandemia no puede ser excusa para el empeoramiento de las condiciones laborales”.
En este sentido, expresó que una clave para balancear la necesidad de reabrir las economías con las medidas sanitarias de aislamiento, pueden ser los protocolos de salud y seguridad en el trabajo.
“A medida que el confinamiento se flexibiliza”, indicó Pinheiro, “la salida son los protocolos bastante rígidos hasta que esté disponible una vacuna”.
También la OIT propone una estrategia de cuatro pilares, que incluye estímulos a la economía con política fiscal y monetaria activa y flexible; y apoyo a las empresas y empleos extendiendo la protección social, incentivando el mantenimiento de los empleos, con ayudas y alivios fiscales a las compañías.
Otros pilares son la protección sanitaria en los lugares de trabajo y la búsqueda de soluciones mediante el diálogo social entre autoridades, sindicatos, gremios empresariales e instituciones laborales.