“Quito está bellísima, pero se apaga muy temprano”, lamenta Angélica Fernández, quien visita el país por primera vez. La joven de 21 años llegó desde Argentina con un grupo de amigos.
Mientras caminan por la Plaza Grande aprovechan para tomarse fotos y probar el tradicional ponche. Algunos de sus compatriotas, que ya visitaron la ciudad antes, les recomiendan ir al Panecillo, La Ronda y la Mitad del Mundo.
Irene Guijarro, gerenta técnica (s) de Quito Turismo, concuerda en esas recomendaciones como las más atractivas para turistas locales e internacionales. Al mismo tiempo, acepta que una debilidad de la capital ecuatoriana es la escasa vida nocturna que ofrece.
Sin embargo, desde esa Cartera promueven ferias gastronómicas, programas culturales al aire libre para atraer sobre todo a los mismos quiteños. En cuanto al turismo internacional, la expectativa está en los europeos, quienes afrontan ahora un intenso verano.
Permanencia en la ciudad
Fernández está en la capital desde el jueves 4 de agosto y planea quedarse dos noches antes de emprender su aventura a las islas Galápagos. Admite que ese atractivo turístico le motivó a venir.
Aunque parece un corto tiempo para permanecer en la ciudad, Guijarro revela que Quito es la entrada más habitual para el país, pero no cuenta con un gran tiempo de permanencia. El promedio de estadía que pasa un turista en la urbe es entre 1,3 y 1,4 noches.
Dentro de la planificación de la familia Jones, originaria de Michigan (EE.UU.) está quedarse una sola noche en Quito. Su destino final será la Amazonía y luego las Galápagos. En Quito solo visitarán el Centro Histórico, por ser uno de los mejor conservados de Latinoamérica. Asimismo, irán a la Mitad del Mundo, un ícono a nivel internacional.
Los quiteños en el turismo local
Para Diego Vivero, representante de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha (Agrepi), es más común que la gente salga de la ciudad, especialmente a la Costa. Él no tiene altas expectativas para agosto, tradicionalmente conocido como mes del arte y la cultura. “No se ha visto mayor gestión de venta (de Quito) como destino”, añade.
Más bien sus esperanzas para la reactivación del sector están en el mercado interno. Con el golpe de la pandemia, agosto de 2020 tuvo apenas el 40% de las ventas comparadas con otros años. Para 2021 esa cifra casi se duplicó y para este año se espera lo mismo.
Vivero revela que su sector da trabajo directo y formal a 25 000 personas. Además, por cada uno de sus empleos hay otros cuatro indirectos en la capital.
Uno de ellos es el de Santiago Arévalo, quien deleita con música a los comensales de varios restaurantes. Comparte que el verano es más movido en términos económicos, y aprovecha para trabajar unos cuantos turnos extras.
“Las mejores propinas son de extranjeros; los de aquí no tienen la cultura de hacerlo”, lamenta mientras guarda sus cosas para ir a otro espacio.
En 2019 llegaron 57 411 turistas internacionales, que dejaron USD 28,7 millones de ingresos. Un año más tarde, en ese mismo mes, apenas arribaron 4 553 y el beneficio fue de USD 2,2 millones.
Con el control relativo de la pandemia llegaron 27 480 y los ingresos fueron de USD 13,7 millones en agosto de 2021. Este mes se espera algo similar.
Se espera igualar estas cifras en este último mes de vacaciones. Los planes para hacerlo se centran en visitas guiadas, festivales y eventos culturales.
Uno de los más promovidos es el Hueca Fest, entre el 25 y el 28 de agosto, pues la gastronomía es uno de los puntos fuertes. El evento será en el Centro de Exposiciones Bicentenario y contará con artistas nacionales y extranjeros.
Por otro lado, Quito Turismo busca impulsar las visitas a sectores rurales. Este sábado 6 y domingo 7 de agosto será la Ruta Reserva Pahuma de senderismo, en Nanegal, a más de una hora de la ciudad. Fernández reconoce que todas esas actividades no las conocía. “Si sabía me quedaba más tiempo acá”, dice un poco triste. Ahora que sabe del potencial de la ciudad.