Enrique Rosales Ortega
Es vergonzoso el canje de crudo por derivados que el actual Régimen realiza, primero con Venezuela (Pdvsa) y ahora con Chile (ENAP).
Esto refleja la incapacidad e ineptitud de las autoridades petroleras para decidir la construcción de una moderna refinería de crudos que reemplace a las tres existentes, lo que origina la importación perjudicial para las arcas fiscales de combustibles o derivados.
Han transcurrido más de seis años desde la presentación de un proyecto para la península de Santa Elena y a la fecha estamos a fojas cero.
La terquedad del Mandatario de construirla “en algún lugar de Manabí” es perjudicial para la Nación. Se han gastado millones en “estudios de visualización” y aún no deciden el lugar apropiado.
Lo lógico es reactualizar lo hecho hace tres décadas -durante el gobierno de Jaime Roldós- donde estaban listos dichos estudios para ser ejecutados en Santa Elena.
Se evidencia una supuesta corrupción al hacer caso omiso a mi insistente petición. Hubiese tomado menos tiempo y ahorrado millones de dólares. Ojalá que el Presidente recapacite.
Misión difícil, pero no imposible. La península no es un sitio improvisado, próximamente cumpliremos 100 años de haber explotado el primer barril de crudo. Se pretende construir un sistema de Almacenamiento de GLP. Según estudios de la Novena Ronda Petrolera, en la zona existirían grandes reservas de crudo.
Estos antecedentes son pruebas suficientes para instalar la megaobra en este lugar. La actual refinería en La Libertad es una bomba de tiempo, pues ya cumplió su vida útil.