Moisés, un niño de cuatro años, fue embarcado en una balsa neumática a mediados de junio de 2023 en Cabo Bojador, en la costa norte del Sahara Occidental, para que pudiera tener una vida mejor en Europa.
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Sin embargo, la embarcación se hundió y Moisés murió en aguas del Atlántico. El niño salió desde Costa de Marfil hacia Europa.
Este 15 de junio de 2024, un año después, le dieron cristiana sepultura en las Islas Canarias (España).
12 meses de trámites, de una herida abierta y en una nevera del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria.
Pero por fin, Moisés -nombre que, según los textos bíblicos, significa “salvado de las aguas”- y su familia pueden descansar en paz y dar un paso más en la difícil tarea de pasar página, si es que alguna vez una madre puede llegar a conseguirlo después de tomar una de las decisiones más complicadas a las que se puede enfrentar.
La despedida del niño Moisés
Charlotte, la madre de Moisés, no pudo estar este sábado físicamente presente en la parroquia de San Gregorio de Telde.
En esa localidad, alrededor de medio centenar de personas, con el alcalde de la ciudad al frente, dieron su último adiós al niño Moisés. Su madre siguió la ceremonia y el posterior entierro por videollamada.
También mandó una desgarradora carta que se leyó durante el funeral y que emocionó a todos los presentes hasta las lágrimas.
En ella le pedía perdón a su hijo “desde el fondo” de su corazón por haberle embarcado en esa llanta. Quería que encontrara una vida mejor que se le negaba en su Costa de Marfil natal.
“No te deseaba la muerte, hijo, pero Dios ha decidido otra cosa y ya sabes lo que se dice: el hombre propone y Dios dispone”, escribió la mujer, quien reconoció que este no era el resultado que esperaba cuando le subió a esa lancha: “Si pudiera volver atrás, no te hubiera hecho cruzar el Atlántico”.
Moisés se ahogó en las aguas del Atlántico
Moisés y otras 59 personas salieron de Cabo Bojador en junio de 2023 con idea de llegar a las costas canarias unos días después.
Pero empezaron a tener problemas a unos 75 kilómetros de la costa sahariana y pidieron auxilio. Salvamento Marítimo español recibió esa alerta.
Un avión español localizó la embarcación a 162 kilómetros de la costa de Gran Canaria, pero se decidió transferir la coordinación de la emergencia a Marruecos.
La lancha se encontraba más cerca del Sahara y se había comprometido a enviar una patrulla en su ayuda.
Esa patrulla no llegó hasta 10 horas después y ya encontró la embarcación semihundida y a los migrantes en el agua. Solo rescataron con vida a 24 y recuperaron solo dos cadáveres, uno de ellos el de Moisés, que fue trasladado a Gran Canaria.
Un año después, Moisés es enterrado
Hoy, un año después, el pequeño féretro blanco, acompañado de dos sencillos ramos y una corona de crisantemos blancos y violáceos, con gerberas y peonías que encargó su madre.
El féretro salió de la iglesia, portado por dos de los sacerdotes y voluntarios hacia el coche fúnebre que le trasladó al cementerio de San Gregorio de Telde.
Allí fue enterrado con una sencilla placa que reza “Voló al cielo el niño Moisés Yván Mathis Brou”. El acto se hizo en medio del más respetuoso silencio y muy lejos de los suyos y de la tierra que le vio nacer y que le empujó a marchar.