A cuentagotas. Así se vio a los extranjeros residentes en España que secundaron la huelga general de ayer en España. La convocatoria de los sindicatos y de algunas asociaciones de inmigrantes no caló en el colectivo inmigrante, que prefirió, en su mayoría, presentarse este 29 de septiembre a su lugar de trabajo como un día más.El paro pretende que el Gobierno dé marcha atrás en la Reforma Laboral -aprobada el 9 de septiembre por el Congreso- que abarata el despido y aumenta los años de jubilación. Y que el ejecutivo socialista dé un giro en su política económica que, dicen los sindicatos, está pasando por encima de los beneficios y derechos sociales.El desempleo, el trabajo precario y las escasas posibilidades de que los jóvenes ingresen al mercado laboral son otras de las demandas de los sindicatos.Ángel Pavón es uno de los pocos ecuatorianos visibles en las manifestaciones de apoyo a la huelga. Se unió con su bicicleta a un colectivo de ciclistas para protestar. Él también lo es y leyó la convocatoria en Internet. Es obrero de la construcción, son las 08:00 y se ubica a escasos metros de su lugar de trabajo. “Ahora mismo trabajo ahí, en Cibeles, en las obras”, relata. No cobra desde hace tres meses, cuando lo hacía recibía 600 euros mensuales por 11 horas de trabajo. “Mi jefe me dice que por la situación esto es normal que si queremos trabajemos o sino a la calle. ¿Cómo no me voy a unir a la huelga?”, se pregunta este quiteño de 30 años, con nueve en España. Lamenta que sean muy pocos los inmigrantes que se unen a la protesta cuando es uno de los colectivos más afectados por las medidas del Gobierno.Víctor Sáez, presidente de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes y Refugiados en España (Ferine), estuvo al frente de la participación foránea en la huelga. Logró unir a varias asociaciones, entre ellas la ecuatoriana Conadee. Él cree que el miedo hizo lo suyo en la escasa participación de los inmigrantes, especialmente de los connacionales. “Los ecuatorianos son muy temerosos, de que los despidan, de que les pueda hacer algo la Policía, ellos se resisten a este tipo de movilizaciones”.La proclama de Ferine es que el desempleo extranjero supera el 30%, que muchos están perdiendo su documentación porque no cumplen la cotización para renovar y que sigue habiendo discriminación contra los inmigrantes a través de las redadas y los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).El dirigente destaca como un logro del colectivo la paralización del martes por la noche de Mercamadrid, el mayor centro de abastecimiento de la región. “Allí hay unos 3 000 extranjeros trabajando”. La Coordinadora de Ecuatorianos de España (Conadee) acudió a la marcha con una reivindicación: pedir una salida al drama de los hipotecados, sobre todo inmigrantes cuyas viviendas les han sido embargadas. “Creemos que los banqueros y las empresas grandes se pusieron de acuerdo para arremeter contra los trabajadores de este país”, asegura Aída Quinatoa, presidenta de Conadee.