Mario Sepulveda (centro) celebrando tras ser rescatado luego de pasar dos meses atrapado en una mina en el norte de Chile. Foto: REUTERS
El espectacular rescate de 33 mineros atrapados durante dos meses bajo tierra en el desierto chileno de Atacama llenó titulares en todo el mundo en el 2010.
Una década más tarde, uno de los hombres que vivió esa aventura recuerda que su momento de más temor fue durante los pocos minutos en que era transportado a la superficie en una cápsula creada especialmente para el rescate.
El derrumbe ocurrió a inicios de agosto de 2010 en la mina San José, un pequeño yacimiento ubicado entre cerros polvorientos cerca de la ciudad de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago.
Sólo a fines de ese mes se logró confirmar que los hombres, atrapados a más de 700 metros de profundidad, estaban vivos gracias a un mensaje que lograron hacer llegar hacia la cuando ya se habían realizado las primeras excavaciones: “Estamos bien en el refugio los 33”.
El rescate finalmente fue iniciado el 13 de octubre, con cada uno de los hombres emergiendo desde las entrañas de la tierra a bordo de una cápsula que subía por un estrecho agujero en la roca. La operación fue transmitida en vivo minuto a minuto, paralizó a Chile y concitó el interés mundial.
Los mineros se convirtieron en estrellas y la historia incluso motivó una película, con el español Antonio Banderas en el rol de Mario Sepúlveda, el líder del grupo y segundo hombre en ser rescatado.
Sepúlveda, de 47 años, fue uno de los líderes de los mineros que quedaron atrapados bajo tierra en la mina San José, en el desierto de Atacama del norte de Chile.
“La verdad que todo el miedo que nunca tuve, por así decirlo, allá abajo cuando estuve en esos días de tragedia, lo tuve en los minutos y en el trayecto de la salida, fue terrible, terrible”, contó Sepúlveda en una entrevista con Reuters.
“De hecho”, añadió, “había que respetar de algún modo u otro un protocolo y nunca respeté el protocolo. Yo grité, quería solamente salir, ver la luz”.
El martes, el presidente Sebastián Piñera -que hace 10 años estaba en su primer gobierno- encabezó un acto de conmemoración en el palacio de La Moneda.
“Debemos recordar y aprender de las lecciones del Milagro de la Mina San José para enfrentar con la misma voluntad, fe, unidad, fuerza y esperanza los grandes desafíos que la pandemia del coronavirus y la recesión económica mundial han puesto en nuestros caminos”, dijo Piñera.
Pero para Sepúlveda -que estuvo presente en la ceremonia oficial– una década no pasa en vano, sobre todo cuando explica que superar el trauma y no quedarse “encerrado” fue algo “tremendamente” difícil.
“Nosotros tenemos muchas diferencias con los compañeros“, reconoció, aunque eso no significa “que no podamos hablar, que no nos podamos reír, que no nos acordemos de cosas tan maravillosas que nos pasaron allá abajo”.