Una tormenta política sacudió ayer 7 de diciembre de 2022 a Perú. Pedro Castillo fue destituido como presidente, luego de que el exmandatario anunciara la disolución del Congreso.
La fecha será recordada como uno de los episodios más tensos y estrambóticos de su historia más reciente, pero también como una prueba tangible de la solidez institucional de un país que demostró contar con los recursos necesarios para resistir en democracia.
¿Qué pasó ayer, 7 de diciembre, en Perú?
Sin previo aviso, el orden constitucional peruano tembló con fuerza el mediodía del miércoles, cuando el ahora expresidente Pedro Castillo anunció en un inesperado mensaje a la Nación que dictaba disolver temporalmente el Congreso. Además, instauraba un Gobierno de “emergencia nacional” y planteó reorganizar el sistema de Justicia.
Menos de 10 minutos fueron suficientes para dar a entender que el jefe de Estado había emprendido una nueva aventura que muchos calificaron de golpista, en un intento aparentemente desesperado de salvarse de un pedido de destitución que estaba previsto de votarse en el Congreso aquella misma tarde sin muchos augurios de éxito.
Apenas tres horas después, el hombre que había puesto en jaque la democracia de su país, se encontraba ojeando una revista, sentado en un sofá de una dependencia policial.
Ya no vestía traje y corbata ni tampoco la banda presidencial, sino una chaqueta deportiva azul que, él aún no lo sabía, lo acompañaría hasta el penal donde pasaría la noche, el mismo donde está recluido el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien perpetró un autogolpe en 1992.
Ministros, FF.AA. y Policía de Perú dejaron a Castillo
Tomando las distancias del caso, Castillo emuló, a los ojos de muchos, el ‘fujimorazo’ de hace 30 años, pero su discurso quedó solo en papel mojado.
En cascada, los miembros de su quinto gabinete ministerial renunciaron a sus cargos y, a la media hora de su mensaje, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional emitieron un comunicado en el que dejaban clara su posición: no avalarían ningún “acto contrario al orden constitucional”.
Reaccionaron también de manera inmediata el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial, la Defensoría del Pueblo, los organismos electorales, el Ministerio Público y organizaciones civiles, en una condena unánime al quiebre de la democracia.
Detenido por su propia Escolta Presidencial
Por un breve tiempo, se desconoció el paradero de Castillo, quien finalmente fue arrestado por su propia Escolta presidencial, mientras se dirigía a la Embajada de México para solicitar asilo.
Es decir, los agentes que le resguardaban obedecieron sus órdenes como presidente electo en las urnas hasta el mismo momento en que dejó de serlo por decisión del Congreso, cuya legitimidad también emanó del voto.
Castillo, destituido con moción que sacó a otros presidentes
La detención de Castillo se dio casi en simultáneo, el Pleno del Parlamento, dominado por la oposición política, aprobaba la moción de vacancia (destitución) presidencial, con los votos a favor de 101 de los 130 que integran la Cámara peruana.
No habían pasado ni dos horas desde que anunció la disolución del Congreso, hasta que, el mismo poder que pretendió cerrar, el Legislativo, había aprobado sacarlo del poder que asumió en julio del año pasado y él pasó a calidad de detenido.
El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica de Perú, Omar Cairo, dijo a la BBC Mundo que esa figura jurídica permite a los congresistas plantear que el Presidente “es un inmoral” para destituirlo “discrecionalmente con solo la fuerza de los votos”.
Reemplazo de Castillo, la primera Presidenta de Perú
Dina Boluarte, la segunda mandataria de Perú, ascendió a la Presidencia. La legitimidad que le dieron los votos fue, además, ampliamente reforzada por haber sido de las primeras voces en condenar el cierre del Congreso dictado por Castillo, una orden que no dudó en calificar como un golpe de Estado. Llegó al Parlamento para jurar su nuevo cargo entre aplausos y vítores, lo que le ha conferido una popularidad que debe saber gestionar si no quiere que se convierta en un espejismo.
¿Qué delitos enfrenta Castillo?
El expresidente permaneció varias horas en la Prefectura de Lima hasta la noche. Luego, finalmente, fue trasladado al penal de Barbadillo, desde donde el jueves participó virtualmente, y vestía la misma chaqueta azul, en una audiencia judicial que evaluó el pedido fiscal de detención preliminar en su contra por 7 días.
Ahora, Castillo deberá enfrentar a la Justicia, que lo procesa por los delitos de rebelión y conspiración por haber lanzado una ofensiva que se vio frustrada por la respuesta contundente y alineada de las instituciones democráticas del país.
¿Elecciones anticipadas?
La nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, eludió este jueves 8 de diciembre responder si adelantará los comicios. “Sé que hay algunas voces que indican (que debe haber un) adelanto de elecciones y eso, democráticamente, es respetable. Creo que la asunción de la Presidencia en esta oportunidad es un poco reorientar lo que hay que hacer con el país”.
Sexto Presidente en seis años
El intento de golpe de Estado apresuró la caída de Castillo y la llegada al poder de Boluarte. La política se convierte en la sexta persona en ocupar desde 2016 el sillón presidencial de un país que, desde entonces, se ha visto incapaz de despejar los fantasmas de su permanente inestabilidad.
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