Los fieles se confiesan con El papa Francisco y otros curas durante el Jubileo de los Adolescentes en la plaza de San Pedro del Vaticano. Foto: EFE
El papa Francisco reconoce que es “imposible” pensar que los curas tengan “el monopolio de las soluciones para los múltiples desafÃos” de “la vida contemporánea”, en carta difundida el martes 26 de abril del 2016 por el Vaticano.
En la misiva, dirigida al presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el cardenal francés Marc Ouellet y fechada el pasado 19 de marzo, el pontÃfice destaca además los valores de la pastoral popular en América Latina.
“Es obvio, y hasta imposible, pensar que nosotros como pastores tendrÃamos que tener el monopolio de las soluciones para los múltiples desafÃos que la vida contemporánea nos presenta”, afirma Jorge Bergoglio en la carta.
Además, el PontÃfice argentino sostiene que en América Latina se ha dado “un fenómeno muy interesante”, el de la pastoral popular.
“Hay un fenómeno muy interesante que se ha producido en nuestra América Latina y, me animo a decir, creo que uno de los pocos espacios donde el Pueblo de Dios fue soberano de la influencia del clericalismo: me refiero a la pastoral popular”, señala.
“Ha sido de los pocos espacios donde el pueblo (incluyendo a sus pastores) y el EspÃritu Santo se han podido encontrar sin el clericalismo que busca controlar y frenar la unción de Dios sobre los suyos”, agregó.
A juicio de Bergoglio “no es nunca el pastor el que le dice al laico lo que tiene que hacer o decir” sino que los laicos “lo saben tanto o mejor” que los sacerdotes.
“No es el pastor el que tiene que determinar lo que tienen que decir en los distintos ámbitos los fieles”, reiteró.
Recordó que “la Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de Dios”.
Finalmente lamentó que se haya generado “una elite laical creyendo que son laicos comprometidos solo aquellos que trabajan en cosas de los curas” y se haya “olvidado, descuidado al creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir la fe”.