Las unidades antimotines mantuvieron ayer bajo vigilancia a los puntos estratégicos de Caracas mientras las pequeñas columnas de estudiantes opositores realizaban marchas, horas después de una sangrienta jornada que dejó tres muertos y decenas de heridos y detenidos.
Al mediodía, en el sector central de la capital un puñado de manifestantes oficialistas que respondió a la llamada a participar de una “marcha antifascista” convocada por ministros del Gobierno, se desconcentró sin pena ni gloria mientras una columna de al menos dos centenares de estudiantes caminaba rumbo a plaza Altamira, el lugar habitual de las protestas antichavistas.
Ya desde el miércoles los estudiantes y los dirigentes opositores se habían organizado para marchar en Caracas y otras ciudades del interior del país en contra de la inseguridad, la inflación, la escasez de productos y la detención de estudiantes en las protestas de los últimos 10 días. Pero estas manifestaciones derivaron en incidentes entre estudiantes, los grupos que se identificaban como simpatizantes del gobierno y las fuerzas antimotines.
Durante las protestas, a más de las aisladas balaceras y enfrentamientos a pedradas, los grupos de manifestantes también quemaron neumáticos, atacaron la sede del Ministerio Público en Caracas e incendiaron varios carros de los cuerpos policiales, por lo que fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad con bombas lacrimógenas.
El presidente Maduro, a través de un encendido discurso por la radio y la televisión, denuncio “un golpe de Estado en desarrollo“, pero aseguró que “la revolución bolivariana va a triunfar” y dio instrucciones a los cuerpos de seguridad de detener a quien salga para ejercer violencia.
Órdenes de arresto
Una jueza ordenó la detención del líder opositor Leopoldo López, acusado de homicidio, lesiones graves y asociación para delinquir. López, líder del partido Voluntad Popular, es uno de los tres dirigentes que impulsan la táctica de ocupar las calles con protestas antigubernamentales bajo el lema “La salida”.
Los otros dos detenidos son el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y la diputada María Corina Machado, que goza de inmunidad parlamentaria. López está “en su casa, con sus abogados. Está en Venezuela, se queda en Venezuela y va a dar la cara porque no tiene nada que temer, porque va a seguir protestando en la calle”, anunció Carlos Vecchio, dirigente del mismo partido.
La Fiscalía también emitió una orden de captura contra el exembajador venezolano en Colombia, Fernando Gerbasiam y un exjefe de Casa Militar durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Iván Carratú Molina, acusándolos de vinculación con la violencia del miércoles.
Los voceros estudiantiles habían prometido, a través de las redes sociales, que se mantendrían en las calles diciendo que no tienen miedo.
Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda, comentó su pesar por la muerte de los jóvenes que se manifestaron el 12 de febrero por la liberación de sus compañeros presos. “Una palabra de condolencia, de dolor, de profundo dolor a quienes ayer perdieron la vida, los que fueron asesinados el día de ayer. Nadie puede alegrarse por la muerte. Ni la muerte ni la sangre jamás será el camino y ustedes lo saben”, señalo e instó al Gobierno a deslindarse de los llamados colectivos y grupos armados.
“Ahí hay videos y fotos donde hay grupos armados por el gobierno que dispararon contra jóvenes que probablemente lo único que tenían era una piedra. Usted no dispersa una manifestación a plomo. Hay gente que me ataca porque yo no soy violento. Las bolas o la valentía no se ven por quién hable más duro o tire más piedras, es el que con sus pensamientos y sus ideas cambian los modos de pensar”, dijo.
Capriles aseguró que no buscan un golpe de Estado y que la resistencia no crece si se continúa llamando a salidas que no llevan a ningún lado. “Nosotros elegimos el camino que para algunos es muy largo pero es el camino seguro que es meternos en el corazón de los venezolanos (…) A este gobierno no le importa la vida de ustedes y ayer quedó demostrado. Es una lucha, es una resistencia pero para que doblegue a quien tiene el poder tiene que ser mucho más grande”, señaló.
Miguel Rodríguez Torres, ministro del Interior, acusó a grupos de infiltrados, entrenados en México como parte del plan llamado ‘fiesta mexicana’ de haber desatado enfrentamientos que dejaron tres muertos y decenas de heridos .