El Gobierno marroquí calificó este domingo, 9 de mayo del 2021, de “inadmisible” la irrupción de las fuerzas israelíes en la explanada de la Mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén Oriental ocupado, en la primera crítica de Rabat a Israel desde el restablecimiento de las relaciones entre los dos Estados el pasado 22 de diciembre.
El Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores señaló en un comunicado que Marruecos, cuyo monarca Mohamed VI preside el Comité Al Quds (Jerusalén en lengua árabe), considera que las “violaciones” israelíes pueden alimentar tensiones y que las medidas unilaterales no son la solución.
El Comité Al Quds es un organismo creado en 1975 por la Organización de Cooperación Islámica (OCI), que engloba a 57 países, para defender el carácter árabe y musulmán de la ciudad santa.
El comunicado pide que se recurra al diálogo y al “respeto de los derechos”, y reafirma la necesidad de preservar el estatus especial de Jerusalén, y proteger su carácter islámico y la santidad de la Mezquita de Al Aqsa.
Desde el inicio del mes de Ramadán, que termina el 12 de mayo, la Ciudad Santa vive una peligrosa escalada de violencia entre las fuerzas israelíes y fieles musulmanes que acuden a la Mezquita de Al Aqsa a cumplir con los rezos nocturnos habituales en este mes sagrado.
En las últimas horas, varios países árabes de Oriente Medio y la Liga Árabe consideraron una “provocación” a los musulmanes la irrupción israelí en la Explanada de la Mezquita de Al Aqsa, por producirse durante Ramadán, su mes sagrado.
El restablecimiento de relaciones entre Marruecos e Israel en forma de “oficinas de enlace” fue apadrinado por el expresidente de EE.UU. Donald Trump, quien vinculó este hecho al apoyo expreso de su país a las tesis marroquíes en el Sáhara Occidental.
Netanyahu dice que Israel ‘no permitirá protestas violentas’ en Jerusalén
El primer ministro en funciones israelí, Benjamín Netanyahu, dijo este 9 de mayo del 2021 que “no permitirá protestas violentas” en Jerusalén, tras dos noches de fuertes enfrentamientos entre la Policía y manifestantes palestinos en la Ciudad Santa.
“Impondremos la ley y el orden de manera firme pero responsable y continuaremos salvaguardando la libertad de culto para todas las religiones, pero no permitiremos protestas violentas”, señaló el mandatario durante la reunión semanal del Gabinete de ministros.
Estas declaraciones llegan en un marco de creciente tensión en Jerusalén Oriental, ocupada y anexionada por Israel y donde los violentos disturbios de las noches del viernes 7 y sábado 8 dejaron un saldo de más de 300 heridos.
La gran mayoría de ellos fueron jóvenes palestinos, que se manifestaron en la Puerta de Damasco, principal acceso a la Ciudad Vieja, y en la Explanada de las Mezquitas.
La Policía israelí utilizó granadas aturdidoras, balas de goma y cañones de agua para dispersarlos y, según un portavoz, los oficiales respondieron a “alteraciones del orden público, disturbios, agresiones y al lanzamiento de piedras y otros objetos contundentes”.
Siguiendo estas protestas, milicianos palestinos lanzaron anoche un cohete desde la Franja de Gaza hacia Israel, que cayó en un área despoblada y que fue respondido por un bombardeo de represalia contra objetivos del movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto el enclave desde 2007.
El principal motivo de estas manifestaciones es el posible desalojo de cuatro familias palestinas del barrio de Seij Yarrah, en Jerusalén Oriental, que ha generado una fuerte reacción tanto a nivel local como internacional y sobre el que se prevé que el Tribunal Supremo israelí se pronuncie este lunes 10.
La expulsión de las familias fue solicitada por organizaciones colonas judías, que reclaman la propiedad de las viviendas antes del 1948, en virtud de una ley que no se aplica a las propiedades palestinas de la zona occidental.
Si bien Netanyahu no se expresó sobre los desalojos, si reconoció que existe un aumento en las “presiones para no construir en Jerusalén”, pero insistió en que lo seguirán haciendo, probablemente en referencia a la construcción de viviendas para colonos en los territorios ocupados de la parte oriental de la urbe.
Coincidiendo con la decisión del Supremo sobre los desalojos, el lunes está prevista una marcha anual de jóvenes judíos ultranacionalistas por la Ciudad Vieja, conocida por la tensión que suele generar y celebrada en ocasión del llamado Día de Jerusalén, en el que los israelíes conmemoran lo que consideran la reunificación de la ciudad en 1967, durante la Guerra de los Seis Días, y que para los palestinos supone el inicio de la ocupación.