Propietarios de restaurantes, bares y diversas actividades afectadas por las medidas para contener la pandemia del covid-19 protestan protestar la ‘Piazza del Popolo’, en Roma, Italia, el 02 de noviembre de 2020. Foto: EFE
El Gobierno italiano impondrá un toque de queda a nivel nacional y cerrará temporalmente museos y salas recreativas, así como los centros comerciales en días festivos, de acuerdo al nuevo decreto que aprobará entre el lunes 2 y martes 3 de noviembre del 2020 para frenar la pandemia del coronavirus.
El primer ministro, Giuseppe Conte, ha explicado hoy en una comparecencia parlamentaria las medidas que su gabinete quiere implementar y que someterá a votación en la Cámara de los Diputados y en el Senado, para que después sean aprobadas por el Consejo de Ministros.
Medidas restrictivas para las regiones según sus contagios
El decreto también incluirá acciones restrictivas dirigidas a las regiones con mayor nivel de contagio y establecerá tres fases en función del riesgo, después de que algunas, como Lombardía, la más golpeada por la pandemia, acumule unos 8 000 nuevos casos diarios de media en los últimos días.
El Gobierno evitará la aplicación indiscriminada de políticas para todas las regiones -que penalizarían a las que menos casos tienen- como cuando en primavera implantó el confinamiento nacional sin tener en cuenta el nivel de infecciones por áreas.
“Es necesario introducir un régimen diferenciado basado en los distintos escenarios regionales”, apuntó Conte, una decisión que no gusta al presidente de Lombardia, Attilio Fontana, que ha pedido recientemente las mismas medidas para todo el país.
Las regiones pasarán de una fase a otra en función de su “riesgo de contagio” y lo establecerá el Ministerio de Sanidad.
El Ejecutivo todavía está definiendo este plan con las autoridades regionales, con lo que Conte no avanzó ninguna medida y citó solo las que se aplicarán a nivel nacional.
Toque de queda a escala nacional en la tarde y noche
“Para todo el territorio nacional, donde se señalan niveles de riesgo elevados, queremos intervenir solo con algunas medidas específicas que ayuden a reforzar el plan de contención de los contagios, que ya estamos persiguiendo con los tres decretos (aprobados en los meses pasados), particularmente con el último”, ha destacado.
En todo el país habrá un toque de queda, que comenzará “a última hora de la tarde”, dijo Conte, sin dar la hora exacta.
Los medios italianos apuntan a que podría empezar entre las 20.00 o las 21:00 horas locales (19:00 ó 20:00 GMT), pero aún no hay un consenso en las filas del Ejecutivo.
Esta restricción a la movilidad podrá ser evitada en caso de justificados motivos “laborales, de estudio, salud o por necesidad”.
El último decreto, que entró en vigor el pasado 26 de octubre, cerró teatros, cines, salas de concierto, gimnasios y piscinas y limitó hasta las 18:00 locales (17:00 GMT) la apertura de bares y restaurantes.
En esta línea, el Gobierno plantea ahora cerrar “museos y exposiciones” y también los “espacios de apuestas y videojuegos”.
Los días festivos y las vísperas de feriado cerrarán “los centros comerciales, con excepción de farmacias, parafarmacias, negocios de alimentación y estancos”, indicó.
Se quiere reducir al 50 % el aforo en los medios públicos locales y limitar “los movimientos desde y hacia las regiones que presentan un elevado coeficiente de riesgo, salvo que se argumenten razones de trabajo, estudio, salud o situaciones de necesidad”.
Finalmente, apostó por la posibilidad de que los alumnos de escuelas secundarias de segundo grado asistan a las clases de forma telemática, una medida que esperó que sea “temporal”.
Italia vive un rápido empeoramiento de su curva
Italia acumula ya 709 335 casos totales de contagio, entre ellos 38.826 fallecidos, desde el 21 de febrero, cuando comenzó la emergencia a nivel nacional.
El país ha visto cómo su curva de transmisiones se ha disparado en las últimas semanas y el pasado viernes superó los 30 000 nuevos contagios en 24 horas por primera vez en la pandemia.
Conte reconoció que Italia vive un “rápido empeoramiento de la curva epidemiológica” y que “el cuadro es crítico, especialmente en algunas regiones y provincias autónomas”.
Sin embargo, insistió en varias ocasiones en que esta segunda oleada es diversa a la primera, en que Italia está preparada para responder mejor, en que “la gravedad (de la enfermedad en los infectados) parece diversa e inferior” y en que se están realizando más pruebas: unas 200 000 de media al día en comparación con las 25 000 que se practicaban al principio de la pandemia.
“Esperamos poder llegar a las 350.000 pruebas en 24 horas en los próximos días”, avanzó.
El jefe del Gobierno italiano también dijo ser consciente de “la frustración, del hartazgo y de la rabia” de los ciudadanos, sobre todo de los dueños de negocios afectados por los recientes cierres y que desde hace días protestan y se manifiestan en diversas ciudades del país.
Pero indicó que estas prohibiciones son necesarias, apeló a la responsabilidad individual y aseguró que “cuanto más se controle la curva, más se podrán evitar acciones políticas que dañen el tejido económico”.