En Catar llevan más de 5 000 años cazando con halcones; estas aves forman parte de su cultura, son orgullo del legado familiar y objeto de un millonario negocio en el que el lujo refleja el fervor por esta tradición milenaria.
En ese país, estas preciadas aves son tesoros que alcanzan precios desorbitados en el mercado. No solo se usan para exhibición, torneos internacionales, afición o cría, sino como mascota familiar a la que entrenar y cuidar.
“Los cataríes saben que nosotros no lo llamamos deporte, lo llamamos estilo de vida”, dijo Zayide Al-Ali, secretario y director de comunicación de la asociación cultural Al Gannas, fundada en 2008 para promover la caza tradicional árabe con halcones, para su protección, fomentar la investigación y organizar eventos internacionales.
“Nuestra asociación es una de las más importantes del mundo en materia de rehabilitación de aves de presa, pero también cuidamos a las aves en general en todo el mundo. Las protegemos del contrabando, de morir electrocutadas o de intoxicaciones. Intentamos ayudarlas a que vivan”, destaca Zayide, quien añadió que todos los años sueltan halcones para que se reproduzcan en libertad.
Mercado valioso
Se trata de una actividad en la que el cuidado y el entrenamiento de las rapaces es clave, formándose un vínculo único entre el entrenador y el animal, que perfecciona su resistencia y capacitación. “Esta pequeña ave es muy poderosa y muy inteligente; ellas piensan, reaccionan y no olvidan lo que les enseñas”, afirma.
Sus habilidades de caza son claves, pero su belleza lo es por igual. Y en el mercado catarí se buscan siempre las piezas más singulares. El valor de un halcón está en torno a los USD 4 000 y USD 10 000, pero hay excepciones y el lujo también existe en este mercado. En la última S’hail, la exposición internacional de halcones de Doha, se subastó un ejemplar por 911 000 riyales cataríes (USD 250 000).
Pero, ¿por qué se paga esa cantidad por un halcón? Su color, su procedencia y su raza son las características que lo hacen único. En Catar se paga más por un ave blanca por motivos estéticos, siempre se valora mucho más a una hembra por poder criar. Y si su procedencia es salvaje, generalmente de las estepas mongolas o iraquíes, el precio se dispara.
Los Gerifaltes, los Lanner, el Sacre o los Peregrinos son las variedades más comunes en una feria que abruma por su variedad a través de más de 10 000 metros cuadrados de superficie.
“En Catar, cuanto más grande y más blanco, más caro es. Les encanta el color blanco. Y las hembras son las más caras para la cría”, asegura Alberto Relaño, representante de un negocio familiar de esculturas de halcones en bronce en España, que acude por sexto año consecutivo a la feria catarí con su escaparate de Bronces Relaño.
La feria se especializa en la venta de halcones, productos de cetrería, artilugios de caza, armas y vehículos modificados para las aves. En cuanto a moda para halcones, hay caperuzas para taparles los ojos y que no se estresen durante los desplazamientos o en los lugares ruidosos son la tendencia.
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