El 48% de la población europea se muestra preocupada por cómo afrontar los pagos de sus facturas en los próximos seis meses, un efecto de la guerra en Ucrania y de las sanciones impuestas a Rusia a causa del conflicto. Así lo reveló una encuesta publicada este lunes 7 de noviembre, por la Comisión Europea.
La encuesta confirma que el 71% de la población en Europa ha cambiado drásticamente sus hábitos de consumo energético para ahorrar energía y reducir el costo de sus facturas, especialmente en Dinamarca y en Bélgica, donde el 86% y el 82% de la población encuestada, respectivamente, ha incidido en este cambio.
Asimismo, el 15,9% de los europeos ha señalado que ya ha experimentado dificultades para afrontar el pago de su factura energética, un problema que se agrava en Grecia, donde casi el 52% de la población afirma haber tenido problemas para pagar sus facturas.
Para hacer frente al incremento de precios, el 36,8% de los consumidores europeos ha retirado dinero de sus ahorros, una situación que se agrava en Grecia y Malta, pues el porcentaje aumenta hasta el 57,8% y el 55% respectivamente.
La encuesta también señala que el pago de los préstamos concedidos preocupa al 19% de la población de la UE; y en el caso de España al 37,3% de los ciudadanos.
Este sondeo se publicó este 7 de noviembre, y coincidió con la celebración de una mesa redonda organizada por la Comisión, en la que se abordará la protección de los consumidores de la Unión Europea (UE) en el actual contexto de crisis energética. La reunión agrupa a los reguladores de la energía, proveedores de energía, asociaciones de consumidores y representantes de la UE y los Estados miembros.
Descontento social
Sindicatos de albañiles de la Suiza francoparlante convocaron, el 7 y 8 de noviembre, una huelga para presionar a las actuales negociaciones por un convenio colectivo con la patronal e iniciaron las dos jornadas de protesta, que incluyen manifestaciones en Ginebra, Lausana, Friburgo y otras ciudades.
Los trabajadores del sector tienen previsto reagruparse este martes 8 de noviembre, en una gran marcha en Lausana, como parte de unas protestas que ya se iniciaron en octubre en otras zonas del país, como Basilea (norte) o Tesino (sur), y proseguirán a finales de esta semana en Zúrich, la mayor ciudad de Suiza, indicó la televisora nacional RTS.
Los albañiles helvéticos denuncian que en medio de la actual crisis económica, la patronal quiere una flexibilización de jornadas que podría suponer hasta 58 horas semanales de trabajo, en muchas ocasiones de alto riesgo, y también temen que un nuevo convenio facilite los despidos y perjudique especialmente a los trabajadores de mayor edad en el sector.
Desde la patronal, la Sociedad Suiza de Empresarios (SSE) defiende que la flexibilización que solicitan serviría para atender las necesidades de las generaciones más jóvenes y adaptaría mejor los tiempos de trabajo de los trabajadores de más edad, aún muy demandados por la escasez de mano de obra cualificada.
Efecto en Rusia
Entre tanto, el influjo de la guerra también golpea al bando ruso. El tráfico de contenedores en los puertos de ese país ha sufrido una caída drástica en los últimos meses y el de San Petersburgo, que era el más importante, solo recibió en octubre el 10% del volumen de hace un año, según un estudio del instituto alemán IfW.
El puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro, también registró una caída de alrededor del 50% y el de Vladivostok, que es importante para la gestión del comercio de Rusia con Asia, ha alcanzado el volumen de tráfico del año anterior, pero es insuficiente para compensar la caída de los otros del país, según el análisis del Instituto para la Economía Global (IfW).
China ha reemplazado a la UE como socio comercial más importante de Rusia y, en comparación con el año anterior, “exportó un 43% menos de bienes a Rusia y China un 23% más. Sin embargo, el aumento de las exportaciones de China a Rusia perdió impulso en septiembre”, según el instituto alemán. Y las importaciones rusas han caído 24% en este año.
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