Esta imagen divulgada por el UN-IRMCT (Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales) muestra al exgeneral serbio de Bosnia Ratko Mladic (centro), que ha sido condenado a cadena perpetua, que llega ante el tribunal internacional de la ONU en La Haya, donde está apelando su condena, el 25 de agosto de 2020. Foto: AFP
La fiscalía del Tribunal Internacional de La Haya pidió el miércoles 26 de agosto de 2020 a los jueces de la ONU que confirmen la condena por genocidio al ex jefe militar de los serbios de Bosnia, Ratko Mladic, al que acusa de supervisar personalmente la masacre de Srebrenica en 1995.
Mladic, de 78 años, había apelado su condena de 2017 a cadena perpetua por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra durante el conflicto en Bosnia entre 1992 y 1995.
Conocido como el “carnicero de los Balcanes”, el entonces general recurrió al “genocidio, exterminio y masacre” para vaciar Srebrenica, en principio una zona protegida por la ONU, de sus habitantes croatas y musulmanes con el objetivo de constituir un Estado exclusivamente serbio, aseguró la fiscal Laurel Baig.
“Srebrenica era la operación de Mladic. Y el tribunal tuvo razón en concluir que fue el responsable de estos crímenes”, defendió Baig.
“Utilizó las fuerzas que estaban bajo su mando para ejecutar a miles de hombres y adolescentes”, añadió.
Baig explicó que Mladic había efectuado una “marcha de la victoria” en Srebrenica después de que sus tropas se hicieran con su control el 11 de julio de 1995 y entonces aseguró que “el momento ha llegado de vengarse de los turcos”, un término peyorativo utilizado para designar a los musulmanes durante la guerra.
Ejecutaron a “decenas, centenares y finalmente miles” de bosnios musulmanes “con balas o granadas, a pesar de su condición de civiles, por la única razón que eran musulmanes”, añadió Baig.
Mladic podrá intervenir el miércoles durante diez minutos ante los jueces del Mecanismo para Tribunales Penales Internacionales (MTPI).
Sus abogados pidieron el martes al tribunal que anule su condena, al considerar que “la acusación de genocidio no está fundamentada”.
La guerra de Bosnia (1992-1995), que causó unos 100 000 muertos y 2,2 millones de desplazados.