Venezuela ha sido escenario de una crisis política y social que se ha intensificado con las elecciones del 28 de julio de 2024. Nicolás Maduro fue declarado ganador con el 51,20% de los votos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), en medio de acusaciones de fraude y manipulación de resultados.
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Estas elecciones han generado una fuerte reacción de la comunidad internacional, que cuestiona la legitimidad del proceso y denuncia la falta de transparencia.
El país, que ya enfrentaba una severa crisis económica, ve cómo la situación se agrava con una inflación descontrolada, escasez de bienes básicos y una migración masiva de ciudadanos que buscan mejores condiciones de vida en otros países.
La comunidad internacional, incluidos organismos como la OEA y la Unión Europea, ha expresado su preocupación por el deterioro de la democracia en Venezuela y la violación de los derechos humanos.
Posibles escenarios en Venezuela
Tras las elecciones, la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para discutir la situación en Venezuela. Durante esta sesión, se calificó el proceso electoral como “la forma de represión más vil”.
Aunque se discutieron posibles sanciones internacionales, el poder de la OEA es limitado y sus decisiones no son vinculantes. Las sanciones, tanto diplomáticas como económicas, podrían agravar aún más la situación para el pueblo venezolano.
La internacionalista Sirahí Bastidas destaca varios posibles escenarios para Venezuela. En el primero, Maduro se mantiene en el poder, consolidando su régimen y enfrentando mayores sanciones internacionales. Alternativamente, podría haber un aumento de la presión interna y externa para una transición política, aunque esto parece menos probable debido a la consolidación del poder por parte de Maduro.
Un escenario más extremo implicaría la desestabilización política significativa o movimientos insurreccionales, aunque esto dependería de un suceso significativo que provoque un rechazo masivo.
Intervención internacional y alternativas
Bastidas señala que Venezuela podría solicitar la asistencia de organizaciones internacionales como la OEA o la Unión Europea para supervisar un recuento de votos o nuevas elecciones. Estas organizaciones tienen experiencia en garantizar procesos electorales transparentes.
Sin embargo, para que Venezuela acepte esta asistencia, es necesario un acuerdo entre las principales fuerzas políticas del país, lo que parece complicado en el actual contexto de desconfianza y polarización.
Natalia Encalada Castillo, coordinadora de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UIDE, explica que la legitimidad de los resultados electorales dependería de la voluntad del CNE de mostrar las actas de escrutinio.
Sin embargo, debido al control del gobierno sobre las instituciones, esto parece improbable. La repetición de elecciones con veedores internacionales es una opción propuesta por la OEA, pero la postura de Maduro y el costo de esta operación hacen que sea una alternativa poco viable en el corto plazo.
Impacto regional y futuro de Venezuela
La permanencia de Maduro en el poder podría tener consecuencias graves para Venezuela y la región. La crisis económica y social del país probablemente se intensificará, con una hiperinflación descontrolada, altos niveles de desempleo y escasez de bienes básicos.
La represión de la oposición y las restricciones a las libertades civiles podrían aumentar, lo que llevaría a un mayor aislamiento internacional y más sanciones.
La migración venezolana, ya en niveles históricos, se incrementaría aún más si Maduro permanece en el poder. Países vecinos como Colombia, Brasil, Perú y Ecuador enfrentarán desafíos adicionales para integrar y asistir a los migrantes venezolanos.
La presión sobre los sistemas de salud, educación y empleo en estos países aumentará, generando tensiones políticas y sociales. La comunidad internacional deberá redoblar sus esfuerzos para coordinar la asistencia humanitaria y apoyar a los países receptores en la gestión de esta crisis migratoria.
Posibilidades de bloqueo internacional
Un bloqueo económico internacional a Venezuela es una posibilidad remota, ya que este tipo de medidas suelen afectar más a la población que a los líderes del régimen. Es más probable que se impongan sanciones específicas a personas o empresas vinculadas al gobierno de Maduro.
Un bloqueo requeriría un consenso amplio entre las principales potencias mundiales, algo difícil de lograr en el contexto actual, especialmente considerando el apoyo de países como Rusia y China al gobierno venezolano.
Sirahí Bastidas y Natalia Encalada coinciden en que los escenarios más probables para Venezuela son la consolidación del régimen de Maduro y una mayor crisis económica y social.
La repetición de elecciones o la intervención de organismos internacionales dependería de un cambio significativo en la postura del gobierno y un consenso entre las fuerzas políticas del país. En el actual contexto de polarización y desconfianza, estos escenarios parecen poco probables.
Según las expertas, Venezuela enfrenta un futuro incierto con la posibilidad de más sanciones, mayor aislamiento internacional y una crisis humanitaria que se profundiza. La comunidad internacional sigue de cerca la situación, pero la solución a la crisis venezolana requerirá esfuerzos coordinados y la voluntad política de todas las partes involucradas.