Migrantes cubanos se manifestaron en Quito para solicitar que no se los envíe de regreso a su país de origen. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Las puertas de más países de la región se cierran paulatinamente para los miles de migrantes cubanos, la mayoría ‘sin papeles’, que buscan llegar de cualquier manera a EE.UU.
A la lista de naciones en apariencia ‘menos amigables’ con el flujo de isleños se agrega en estos días Colombia.
Precisamente, el presidente Juan Manuel Santos ordenó el pasado viernes 29 de julio a la Policía revisar la situación de 1 273 cubanos que se hacinan en una bodega de la ciudad de Turbo (noroeste), próxima a la frontera con Panamá, donde quedaron varados cuando trataban de desplazarse hacia Estados Unidos.
Según había informado la Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos en Colombia, 1 273 cubanos, entre ellos cerca de 300 menores de edad y 11 mujeres embarazadas, están alojados en una bodega de unos 200 metros cuadrados y en sus inmediaciones, en Turbo.
Las declaraciones del presidente Santos y de la Defensoría del Pueblo colombiana, no obstante, fueron precedidas por otras más duras que lanzó el director de Migración Colombia, Christian Krüger. Este funcionario adelantó que su país repatriará a los migrantes cubanos que permanecen varados en Turbo al haber ingresado de manera ilegal.
“Se está a la espera de una orden judicial que permita el ingreso de los oficiales de Migración al lugar, para proceder con el acto administrativo que conllevará a su deportación”, explicó Krüger, en una nota informativa que fue colgada en la página web del organismo migratorio que él encabeza. En la misma nota se precisa que “más de 5 800 migrantes irregulares han sido deportados por Migración Colombia en los dos últimos meses”.
Gran parte de los cubanos indocumentados varados en Turbo habían llegado a esa localidad procedentes de Ecuador, otro de los países de la región que ha adoptado algunas medidas radicales para frenar la llegada de ciudadanos de la isla caribeña.
Precisamente, el pasado 13 de julio el Ministerio del Interior de Ecuador confirmó que finalizó el proceso de deportación de 121 cubanos, quienes solicitaban a las autoridades mexicanas y ecuatorianas una visa humanitaria para poder trasladarse luego a territorio estadounidense. La causa de la repatriación, según la Cartera de Estado, fue la estadía irregular en suelo ecuatoriano. Antes de eso, el 1 de diciembre del 2015 se impuso a los isleños la obligatoriedad de obtener un visado para ingresar al Ecuador.
Más fronteras se cerraron
Antes que Ecuador y Colombia, Costa Rica y Panamá igualmente adoptaron decisiones dirigidas a detener el paso de viajeros isleños irregulares. Una decisión así se adoptó a raíz de la crisis migratoria generada por los cubanos y que alcanzó su mayor cota en noviembre del 2015. En ese mes, según reseñó el diario estadounidense El Nuevo Herald, más de 9 500 personas nacidas en Cuba quedaron atrapadas en ambos países.
Y en abril pasado, el canciller costarricense, Manuel González, aseguró que los cubanos que intenten entrar al país no van a ser bien recibidos.
En el mismo tono duro, un mes más tarde, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció una operación de largo alcance con el objeto, entre otros motivos, de cerrar la frontera con Colombia al paso de cubanos. Entonces, el Mandatario también añadió que su país no aceptará a ningún migrante indocumentado más. “El enfoque humanitario se ha convertido también en un incentivo para el flujo migratorio de cubanos”, precisó.
‘La culpa es de EE.UU.’
Para el régimen del presidente cubano Raúl Castro, la responsabilidad por el flujo de sus connacionales por países de la región con destino a EE.UU. es de Washington. ¿La causa? La ley estadounidense que impulsa a los isleños a emigrar de manera clandestina hacia ese país. Ese argumento lo reiteró la Cancillería cubana, en este mes, tras la deportación decidida por Ecuador.
Sin embargo, el gobierno castrista ha deslindado las responsabilidades que tiene en el fenómeno migratorio, que se sintetizan en dos aspectos. Uno: la contracción de la economía, que dependía en gran parte de los subsidios, aportesy del crudo que le entregaba Venezuela, un país ahora quebrado y que atraviesa una grave crisis política, económica e institucional. Y dos: la falta de libertades de todo tipo en la isla, que no es de ahora. sino que rige desde 1959.