Un total de 237 inmigrantes se sumaron este miércoles 24 de agosto de 2022 a los miles de solicitantes de asilo que han llegado a la ciudad de Nueva York desde Texas en las últimas semanas, un flujo que parece no detenerse, ya que mañana se espera una cifra similar.
El comisionado de la Oficina de Asuntos del Inmigrante del Ayuntamiento (MOIA por sus siglas en inglés), Manuel Castro, así como diversas ONG recibieron al grupo que llegó a la estación de Autoridad de Puertos, como lleva ocurriendo desde el 5 de agosto.
La mayoría de los inmigrantes son venezolanos que huyen de la violencia y problemas económicos en su país y que llegan a una ciudad que no estaba preparada para una oleada de esta magnitud.
Estos autobuses son enviados por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, y los nuevos neoyorquinos están siendo distribuidos en albergues o las 1 300 habitaciones en los 13 hoteles que ya ha tenido que contratar la ciudad para alojarlos.
Refugio por ley y derecho
Nueva York es una de las pocas ciudades en el país que por ley debe ofrecer refugio a quien lo solicite.
La ciudad ha indicado que los recién llegados son la razón por la que la población en los albergues para los indigentes ha aumentado un 13 % desde mayo hasta las 51 000 personas, de acuerdo con The New York Times.
Abbott ha admitido abiertamente que quiere repartir la carga migratoria que soporta Texas en su frontera y ha declarado que Nueva York y Washington, por ser ciudades progresistas gobernadas por alcaldes demócratas, son las que tienen que asumir su parte de un problema que considera nacional.
En una carta publicada en el diario The New York Post, el gobernante republicano defendió que todos los envíos de inmigrantes que desde hace varias semanas practica su Gobierno hacia Nueva York son voluntarios y que los afectados reciben alimentos durante su largo viaje, un tema en el que existe discrepancia.
Caravana sin fin
Según las cifras de Abbott, más de dos millones de inmigrantes ilegales han cruzado la frontera en los últimos once meses, muchos de ellos desembarcando en pequeñas poblaciones de Texas de menos de 50 000 personas “destrozadas por los delitos de los carteles que destruyen ranchos, invaden casas y amenazan la seguridad de los texanos”.
Organizaciones como Caridades Católicas que trabajan con la ciudad de Nueva York, han tenido que recurrir a abogados y trabajadores sociales acogidos al retiro para que asistan como voluntarios para ayudar con la carga de trabajo.
Otros grupos como Se Hace Camino Nueva York acuden a la Autoridad de Puertos para ayudarles con dinero en efectivo, tarjetas para viajar en el metro de la ciudad y celulares prepagados, que les facilita comunicarse con familiares.