El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras reunirse con el comandante del Comando Norte, el general Uri Gordin, y presenciar ejercicios de los soldados de la Brigada 55 aseguró que también allí “lograrán la victoria”.
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Benjdamín Netanyahu sobre los soldados
“Acabo de presenciar un ejercicio impresionante de nuestros soldados y comandantes que vienen de todas partes del país. Están decididos a defendernos y lograr una victoria aquí también”, aseguró el jefe de Gobierno tras visitar ayer la frontera.
También el presidente israelí, Isaac Herzog, acompañado de la primera dama, Michal Herzog, concluyó su expedición por el norte de Israel. En los dos últimos días visitó ciudades cercanas a la frontera como Safed, donde se reunió con su alcalde, y el kibutz Hanita, entre otros lugares, donde se reunió con el equipo de emergencias.
“Insisto en que la comunidad internacional no puede sorprenderse si la situación en esta zona escala, ya que no hizo prácticamente nada para contribuir a la plena seguridad de los residentes de Israel, a pesar de las repetidas violaciones de los tratados y acuerdos internacionales por parte de Hizbulá”, aseveró Herzog durante su visita.
Asimismo, el presidente israelí quiso mandar un mensaje a los más de 60 000 evacuados de las comunidades norteñas cercanas a la frontera: “Estamos unidos en esta batalla. Restauraremos la paz y la tranquilidad y reconstruiremos”.
Las hostilidades en la divisoria comenzaron el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza, en solidaridad de Hizbulá con las milicias islamistas palestinas del enclave. Sin embargo, el cruce del fuego se intensificó mucho en las últimas semanas, lo que hace temer una guerra abierta entre las partes.
Algunos analistas apuntan a que este escenario bélico podría darse este verano. El Gobierno israelí subió el tono en estas últimas semanas contra la milicia proiraní y el Ejército anunció recientemente la aprobación de los planes operativos para una ofensiva en territorio libanés.
En estos más de ocho meses de intercambio de fuego al menos 500 personas murieron, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que confirmó 320 bajas de milicianos, algunas en Siria. En Israel han muerto 25 personas en el norte (15 militares y 10 civiles).