Buenos Aires, AFP
Una mujer de 35 años que tuvo siete hijos-nietos con su padre, quien abusaba sexualmente de ella desde que era niña, dijo que se siente liberada y dispuesta a iniciar una nueva vida luego de haberlo denunciado ante la Justicia en un caso que conmueve a Argentina.
“Me siento libre”, afirmó la mujer en una entrevista publicada el miércoles en el diario Uno de Mendoza (oeste) , en la que aseguró que no estaba arrepentida por haber denunciado a su padre Armando Lucero, de 67 años, bautizado por la prensa como el ‘Monstruo de Mendoza’.
“He pasado por cosas duras, pero tengo esperanzas porque no creo que haya algo peor de lo que ya he vivido”, señaló la mujer, quien desde hace días vive en una casa que le otorgó el gobierno provincial junto a sus siete hijos, con edades entre dos y 19 años.
Lucero, quien está detenido en una cárcel de máxima seguridad de la ciudad de Mendoza (1.000 km al oeste de Buenos Aires) , está acusado de violar durante 20 años a su hija, con la que concibió los 7 hijos-nietos.
Otra hija del acusado, de 40 años y ahora casada, había confesado a la Justicia que también fue violada por Lucero cuando tenía ocho años.
Antes de ser detenido, Lucero vivía con su hija de 35 años, los siete hijos-nietos que tuvo con ella, la esposa del acusado -de cuyo matrimonio nacieron siete hijos- y la suegra de 84 años.
Lucero, a quien la justicia imputa el cargo de “abuso sexual agravado por el vínculo, con acceso carnal, de manera reiterada”, no tiene ocupación conocida pero llevaba una vida al parecer normal en un barrio de clase media de Mendoza.
“A veces voy caminando a hacer una compra y miro para todos lados todo el tiempo. Y después me digo, ‘pero si ya está, ya pasó”, dijo la mujer de 35 años, quien no volvió a ver a su padre desde que fue detenido a inicios de mayo en Argentina.
El caso fue comparado por la prensa con el del austríaco Josef Fritzl, conocido como “El monstruo de Amstetten”, de 73 años, sentenciado en marzo a cárcel de por vida por el asesinato de uno de los siete hijos-nietos que tuvo con su hija, a la que mantuvo cautiva 24 años en un sótano.