Mitómano
En nuestro país, más políticos recurren a toda suerte de arbitrios para disminuir al adversario. El último ejemplo es el calificativo de “mitómano” atribuido por el Presidente de la República a su hermano mayor. ¿Qué se entiende por mitómano?
Es conveniente recordar que cuando se habla de mitomanía no se habla de enfermedad mental. El Profesor de la Universidad de Barcelona, Dr. Emilio Mira, comienza advirtiendo que la personalidad “contiene en germen todas las tendencias de reacción que al exagerarse conducen a los distintos tipos de personalidad psicopática.
Estos vienen a ser, por consiguiente, la caricatura de ella, y de la misma suerte que a partir de un retrato concebimos diversos tipos de caricaturas, según cuales sean los elementos faciales exagerados o disminuidos, así también a partir de la personalidad normal podemos considerar varios tipos de personalidades psicopáticas”… “Tan difícil es encontrar una persona que no ofrezca algún rasgo psicopático como hallar un cuerpo o una cara de proporciones perfectas desde el punto de vista estético”… “a la inmensa mayoría de los sujetos normales es posible incluirlos en algunos de los tipos” que se indican a continuación.
En el género humano hay una serie de fallas que la Psicología Jurídica engloba en: mitomanía, personalidad histérica, personalidad explosiva o epileptoide, paranoides, compulsivos, esquizoides, asténicos e inestables; y en último término, el tipo de personalidad amoral o perversa, uno de cuyos exponentes fue el famoso ‘Monstruo de los Andes’.
En el texto de Psicología de Henri Pieron se lee: “Mitomanía.- Tendencia patológica a la fabulación consciente. Los relatos imaginarios del mitómano son, unas veces, pobres e inverosímiles; otras, pintorescos y bien ordenados que producen el convencimiento”. Esto significa que el mitómano ocupa dos realidades: o incurre en mentiras o afirmaciones sin mayor fundamento; o, con tendencia perversa, organiza bien su fabulación, tanto que convence a los demás.
En cualquier caso, según el Profesor Mira y López, el tipo mitómano tiene raíces en el temperamento psicológico normal. No se habla, en este capítulo, de enfermos mentales sino de personalidades diferentes. Siguiendo al mismo Profesor de Barcelona: “Todos, en efecto, confabulamos a diario e incluso mentimos -por algo se ha hablado de la “comedia de la vida”- pero esta tendencia confabulatoria que para nosotros es un “juego” se transforma en una “necesidad” y adquiere los caracteres de un “impulso” (en ciertas personalidades).
Los métodos de lucha política deben tener límites, pues la destrucción de oponentes buscando anular su imagen, no solo en cuanto a los aspectos económicos sino hasta en su espiritualidad, solo pueden conseguir curiosidad de los ciudadanos. ¡Menos, si es entre hermanos o parientes!.