Manila.DPA y Reuters
La naturaleza continúa afectando a Asia. Después de los violentos maremoto y terremoto, que golpearon Samoa y la isla indonesia de Sumatra, la semana pasada otros fenómenos naturales azotan el continente.
Fuertes inundaciones en el sur y el oeste de la India dejaron en los últimos días 240 muertos y a más de 1,5 millones de personas sin vivienda.
Las fuertes lluvias de los últimos días en la India provocaron las peores inundaciones en 60 años en los sureños estados de Karnataka, en el que perdieron la vida 178 personas, y el vecino Andra Pradesh, donde se registraron 37 víctimas mortales, según la agencia de noticias PTI. Al menos 25 personas más murieron en las trombas de agua en el estado oeste de Maharashtra, añadió PTI.
Las administraciones civiles y el Ejército aumentaron las operaciones de evacuación y rescate de miles de aldeanos abandonados a su suerte. En las regiones más afectadas en el norte del país se calcula que más de un millón de personas se quedaron sin hogar, señalaron fuentes oficiales a la emisora NDTV.
En Vietnam la cifra de muertos por la tormenta tropical Ketsana, que tras su devastador paso por Filipinas recobró virulencia, aumentó a 159, al tiempo que 17 personas continúan desaparecidas, informaron ayer las autoridades locales. El número de casas destruidas o arrasadas por las aguas aumentó a más de 21 000. Más de 250 000 se encuentran seriamente dañadas.
En Filipinas el tifón Parma, que ocasionó al menos 22 muertes, se alejó después de tres días de lluvias torrenciales. Amplias regiones se encontraban anegadas por completo, informaron ayer las autoridades locales.
Parma fue rebajado de tifón a huracán tropical, y se desplazó con rumbo a Taiwán.
El jefe de la agencia meteorológica de Filipinas, Prisco Nilo, alertó de la posibilidad de que Parma vuelva a cobrar fuerza y se convierta nuevamente en un tifón porque permanece sobre el mar. El movimiento de Parma es afectado por otra tormenta mucho más poderosa, bautizada Melor, que se prevé ingresará a territorio filipino.
Melor se desplaza por el Pacífico y pudiera virar hacia las aguas nororientales del país antes de seguir rumbo a Japón. Más de 200 000 personas fueron afectadas por la tormenta y un tercio de aquellas están viviendo en refugios temporales debido a las inundaciones y los aludes. La electricidad y las comunicaciones aún están interrumpidas.