Decenas de personas participaron, este viernes 28 de abril del 2023, en la denominada Marcha por la Paz y la Seguridad. La movilización reunió a delegaciones de las parroquias rurales de Cuenca, en la provincia de Azuay.
Las personas se concentraron en el parque de San Blas. De allí avanzaron por la céntrica calle Bolívar, hasta los bajos de la Gobernación del Azuay. La multitud llamaba la atención con el sonido de pitos y el golpeteo de latas.
Otros llevaban palos o carteles en sus manos. En ellos se leía advertencias como “ladrón cogido será quemado”, “nos regalan miedo para vendernos seguridad”, “fuera vacunadores”, “jueces corruptos”, “exigimos seguridad” y más.
En la protesta estuvieron las nuevas autoridades electas de las parroquias Tarqui, El Valle, Ricaurte, Nulti, Llacao, Turi, entre otras. Ellos dijeron que cuando se posesionen harán un gran frente para exigir al Gobierno equipamiento y uniformados para las Unidades de Policía Comunitaria.
Los principales actos delitos en la zona rural son el robo de ganado, asaltos y extorsiones. “No podemos dormir tranquilos porque llegan los delincuentes a llevarse nuestros bienes”, dijo Zoila, habitante de la parroquia Tarqui.
Justicia por mano propia
En Cuenca la gente está llevando a la realidad las amenazas. La noche del jueves 27 de abril, un importante número de habitantes de la ciudadela Kennedy, quemó una motocicleta.
Según los vecinos, este vehículo pertenecía a una banda de vacunadores (extorsionadores). Todo habría empezado cuando dos extranjeros llegaron en moto hasta un gabinete de belleza. A la dueña le solicitaron USD 600 para darle seguridad.
La propietaria contó lo ocurrido a los vecinos y un grupo los siguió sigilosos. Los hombres ingresaron en la vivienda ubicada a pocas cuadras, que era rentada por los sospechosos. Los vecinos se convocaron, rodearon la casa y estuvieron a punto de sacar a las personas para lincharlas.
Pero la Policía llegó, dispersó a los vecinos, rescató a las personas y se los llevó en el patrullero: cuatro hombres, tres mujeres y dos niños. Mientras los presentes muy enardecidos sacaron la moto del garaje y le prendieron fuego.
De esta forma advertimos, una vez más, que estamos en alerta para enfrentar a los delincuentes y vacunadores, dijo un morador. Los habitantes de la Kennedy están unidos con otros cinco barrios colindantes para enfrentar la inseguridad.
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