La reina Isabel II luchó por la monarquía inglesa

La reina Isabel II estuvo en su cargo por 70 años. Fotos: Twitter.

La reina Isabel II de Inglaterra declaró a 1992 ‘annus horribilis’ (año horroroso) para la monarquía que ella presidió hasta el 8 de septiembre, cuando murió a los 96 años, con 70 de ellos en el trono. Ocurrió el 24 de noviembre de ese año. La causa de la designación fue la serie de hechos que la atormentaron los meses precedentes: el divorcio de su hija Anna; la separación del príncipe Andrés de Sarah Ferguson y la del actual rey, Carlos III, de la carismática Diana de Gales. Además, un incendio afectó al castillo de Windsor.

Su peor miedo, de acuerdo con sus biógrafos, parecía estar cumpliéndose. Que su familia no estuviera a la altura del compromiso que la monarca le había encomendado. Eso generaría el rechazo del pueblo británico en contra de la Corona. En efecto, los medios plasmaban en aquellos días las voces de líderes de opinión y personas comunes que cuestionaban el papel de los reinados a finales del siglo XX.

Sin embargo, incluso la figura de la propia reina fue directamente cuestionada. Cuando su exnuera, Diana, murió en un siniestro automovilístico ocurrido en París el 31 de agosto de 1997. Mientras viajaba junto a su novio, el médico Dodi Al Fayed. La demora de la casa real en pronunciarse sobre el hecho, mientras la gente inundaba con flores y tarjetas la entrada del Palacio de Buckingham, sembró la idea de que a Isabel II no le había conmovido el fallecimiento de la llamada ‘Princesa del Pueblo’.

Ante ello, la monarca leyó un comunicado ante los medios. Incluso, en compañía de su esposo, se acercó al lugar en el que los británicos expresaban su dolor por la muerte de Lady Di.

Problema familiar

Pero el temor de Isabel II por el futuro de su familia y de su trono no es algo que hubiera aparecido con su coronación. De hecho, lo heredó de sus antepasados. A la muerte en 1901 de la icónica reina Victoria, los sucesores de esta se encontraron con que los tiempos en que Inglaterra era la potencia hegemónica mundial habían pasado. Y la modernidad ponía en cuestión el papel de las casas reales en el mundo actual.

Intentaron, entonces, hacer pequeños ajustes a sus hábitos, como permitir que sus súbditos los vieran más de cerca. Aprovecharon medios de comunicación como el cine para refrescar la imagen de la monarquía ante el pueblo. El abuelo de la fallecida reina, Jorge V, le concedió gran importancia a la tecnología y utilizó la naciente radio para a inicios de la década de 1930 acercarse a su pueblo mediante continuos discursos.

Esto es retratado en la película ‘El discurso del rey’. Que muestra también una parte de la historia familiar de los Windsor que hizo tambalear, en su momento, la estructura de la monarquía. Se trata de la abdicación del tío de Isabel, Eduardo VII, quien renunció a la Corona el 11 de diciembre de 1936 para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.

El hecho, escandaloso para la época, obligó a que el padre de la monarca fallecida el 8 de septiembre asumiera el cargo como Jorge VI. Lo que llevó a la larga a Isabel a sucederlo en 1952. En el intermedio, sin embargo, la Corona británica vivió sus momentos de mayor popularidad en los últimos 100 años, a propósito de la II Guerra Mundial. En plena campaña de bombardeo alemán a Londres, la familia real se negó a abandonar la capital como les sugerían militares y asesores, con el argumento de que ellos sufrirían lo que sufría la gente común.

Eso les granjeó el cariño y adhesión populares, lo que se tradujo en los promedios de aceptación altos que tuvo, por lo general, Isabel desde su asunción. Y aquella muestra de entrega es la que intentó imbuir en sus hijos. El efecto se verá a partir del 9 de septiembre.

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