Josefina Coloma: ‘Cuando se tiene un mal respiratorio hay que aprender a autoaislarse’

Josefina Coloma, epidemióloga. Foto: Archivo particular

Entrevista a Josefina Coloma, epidemióloga.
En los países asiáticos consumen platos exóticos. Y en estos días se relaciona a una sopa de murciélago con el origen del coronavirus. ¿Es real?
Muchos de los virus nuevos que emergen en la humanidad son zoonóticos, es decir de origen animal. Y algunos se desarrollan en la interacción directa del humano con el animal en cuestiones de alimentación, aún común en lugares como las selvas de África, Uganda, Camerún. Los murciélagos son una fuente importante de virus; no necesariamente porque se los coma sino que su excremento puede caer en una naranja, que luego nos servimos.
¿Hay experiencias de esa mutación del virus?
El SARS (síndrome respiratorio agudo) del 2003 tuvo ese origen. En el particular caso del coronavirus sabemos que circula en animales y al hacer la secuencia genética, se ven similitudes con virus de murciélagos y serpientes. El material genético se combina, muta y puede saltar al humano. Esa teoría se basa en estudios sobre el genoma del virus. Recordemos lo ocurrido con la fiebre porcina, H1N1, originada en chancherías de México.
¿Qué tan posible es que el virus llegue al Ecuador?
Puede llegar, pues una vez que la gente se contagia en un país, el virus circula en el mundo por la movilidad humana. Los epidemiólogos nos hemos preparado para este caso, un brote que se originaría en China, de origen zoonótico y de trasmisión respiratoria. Ese escenario inspiró películas como Pandemia y Contagio. Algo así pasó en 1918 con la gripe española. Los virus respiratorios se transmiten rápidamente. Pero hay países en donde existen más probabilidades de que llegue, los que tienen líneas directas tipo Wuhan-San Francisco o Wuhan-Paris.
¿La gente se preocupa porque aún no existe cura contra el coronavirus?
Así es, no existe una vacuna ni tratamiento específico, hay que aislar al paciente, que presenta esos graves problemas respiratorios; el país debe prepararse para atenderlo. Una vez que un nuevo virus emerge, todos los humanos estamos susceptibles de contagiarnos, pero cuando empieza a circular, surge la llamada ‘inmunidad emanada’, es decir la protección sale de la misma infección. Como en los tiempos antiguos, cuando ya nos daba sarampión o varicela y nos decían que ya somos inmunes. Habrá suficiente gente que se enferme y se irá produciendo la vacuna.
¿Qué tanto debiera preocupar a Ecuador el contagio de coronavirus?
Primero no se debe caer en pánico. China es el país en donde hay cientos de infectados, pero también allá hay ciudades con 11 millones de personas; y sí se comen platillos basados en animales exóticos, por lo que tienen cierto riesgo específico de ese país. Allá se han registrado las muertes.
¿Cuál es el paso que debiera dar Ecuador para enfrentar al coronavirus?
Aprovechar este momento para impulsar una ‘etiqueta respiratoria, etiqueta frente a males respiratorios’. Esto quiere decir enseñar a los niños desde la escuela y a los adultos a evitar ir a clases y a los trabajos si se sienten agripados. En Ecuador hay que avanzar en la parte cultural para aprender que no se puede escupir en la calle ni toser en lugares públicos sin usar mascarillas. Se trata de aprender a proteger al vecino, al compañero. Si se está enfermo hay que autoaislarse.
¿Qué recomendación pudiera dar a las familias?
Este 2020 supe que en la Sierra hubo una virulenta epidemia de influenza; hubo colegios que cerraron para fumigar, por tener tantos casos. Existe vacuna contra la influenza, hay que inmunizarse.
Hoja de vida
Ecuatoriana, PhD en Salud Pública y en Microbiología y Genética Molecular; catedrática e investigadora de la Universidad de Berkeley, en EE.UU. Preside el Sustainable Sciences Institute.