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Una huella de la deforestación llega a Europa

Lorena Fernández.  Desde Londres

Los monstruosos troncos parecen el extravío de un cuento de hadas. Uno tras otro, los curiosos que pasan por la icónica plaza Trafalgar Square en Londres, Reino Unido, se acercan a tocar la madera para asegurarse que es de verdad.

Los 10 “árboles” que conforman la exhibición Bosque Fantasma son, en efecto, reales. Fueron traídos desde Ghana hasta uno de los espacios públicos más prominentes de la ciudad para demostrar los efectos de la deforestación de bosques tropicales.

“Qué increíble manera de presentar un tema tan importante”, comenta una mujer al pasar por la plaza en camino a la estación de bus. Para otros, el mensaje no es tan claro. “Estos árboles están preciosos, yo quiero uno en mi jardín”, bromea otra transeúnte.

La artista Angela Palmer trabajó un año para armar la exhibición. “Este ha sido el mayor reto de mi vida”, declaró. Después de meses de negociación con autoridades metropolitanas y compañías taladoras, la británica enfrentó el reto de mover 10  troncos gigantes desde la selva africana hasta el centro de Londres.

El Gobierno de la ciudad concedió siete días para la exhibición, luego los troncos serán trasladados a Copenhague, Dinamarca. Del 7 al 18 de diciembre, el Bosque Fantasma acompañará a  15 000 delegados de 200 países en la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático.

En el centro de Trafalgar Square sobresale una columna de 50 metros de altura conocida como Nelson’s Column. La altura del gigante monumento coincide con el tamaño aproximado de los árboles en la selva africana.

“Tal vez cuando la gente regrese a ver la cumbre de Nelson’s Column piense en la magnitud de los árboles que se están talando”, dijo Palmer. La artista no se considera una ambientalista y resalta que no tiene una solución al problema de deforestación. Sin embargo, Palmer busca traer los elementos básicos para crear una discusión  sobre el tema.

La primera reacción del público es sacar cámaras y teléfonos para capturar el contraste de este bosque en medio de una jungla de concreto. Como muchos otros, una pareja de jubilados se tomaron fotos en frente de los troncos. “Hemos visto este tipo de árboles en la Amazonia ecuatoriana, y aunque la exhibición es impresionante, más  es ver los árboles vivos”. El jueves por la noche Palmer trajo un invitado especial a su bosque. Un chamán amazónico  bendijo los pedazos de árboles que representan las miles de hectáreas taladas cada día.

En el debate de cambio climático a escala mundial, la deforestación de selvas tropicales y subtropicales ha ganado importancia en los últimos años. La tala de árboles no solo es mala porque corta fuentes que absorben carbono, también produce más carbono que la combustión de todos los vehículos del mundo. Esto se debe al humo que se produce al quemar dichos bosques.

“La legislación no sirve de nada si no hay implementación de las reglas y más conciencia”, comentó Ghassan Bitar, gerente de la compañía leñadora que donó los troncos del Bosque Fantasma.