Personal de Salud hacía fila ayer para pasar por túnel de desinfección, en el Centro de Convenciones de Guayaquil. Foto: Cortesía Municipio de Guayaquil
Del 1 al 25 de abril del 2020 se registraron 8 383 fallecidos en la provincia del Guayas. Eso quiere decir que, en promedio, 335 personas han muerto cada día. Así lo revelan las estadísticas del Registro Civil (RC). Ese promedio es cinco veces mayor al de abril del 2019, cuando se reportó una media de 62 defunciones por día.
Solo en 10 días, entre el 16 y el 25 de abril, 1 680 personas fallecieron en la provincia, según los últimos datos disponibles en la página del RC, que desde la semana pasada actualiza a diario las estadísticas.
El incremento de las muertes “irregulares” en Guayas, como calificó el Gobierno, ha sido una preocupación constante durante la emergencia sanitaria. A pesar que no se conoce con certeza las causas de los decesos, el director del RC, Vicente Taiano, indicó que entre las causas de muertes más frecuentes están por covid-19, presunto covid-19, muertes naturales y otras enfermedades.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, informó que la tendencia de atenciones y llamadas de emergencia y las defunciones por provincias eran parte de los criterios para dar paso al cambio de fase, que se realizará el 4 de mayo.
A diferencia del resto del país, Guayas es la única provincia declarada como zona de seguridad especial. Esta condición fue fijada por el presidente Lenín Moreno, el 22 de marzo pasado, bajo el decreto ejecutivo 1019. En el documento, el Jefe de Estado estableció, entre otras cosas, que la permanencia de esta zona de seguridad dependería de que se cumplieran ciertos objetivos.
Estos son mitigar los riesgos, proteger a la población, evitar el contagio del virus y recuperar las condiciones idóneas para la atención de la emergencia sanitaria. Además, se dispuso al Gobernador que dirija las acciones a través del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Guayas.
Desde entonces ese organismo se ha reunido en dos ocasiones. Hasta el cierre de esta edición, no tenía previsto ninguna convocatoria para analizar los cambios del Gobierno.
Guayaquil, que ha sido el epicentro de la pandemia en el país, no está preparada para pasar del aislamiento al distanciamiento social. Ayer la alcaldesa Cynthia Viteri dirigió el COE cantonal, donde estuvieron delegados de las cámaras de la producción local. La funcionaria dijo que recién la próxima semana tendrán resultados de 10 000 pruebas que se aplicarán. Así se podrá establecer cuándo la ciudad “podría retomar su normalidad” y bajo qué protocolos. “Tiene que ser por fases”, aseguró.
En la mañana cuestionó que el Régimen delegara a los cabildos la responsabilidad de tomar nuevas medidas en lo que resta de la emergencia. “Cuando se llega a la curva más alta de contagio, el Gobierno le dice a los cantones: arréglenselas como puedan”, criticó.
La Alcaldesa también solicitó al Régimen los recursos necesarios para afrontar la crisis, entre ellas las asignaciones presupuestarias hasta abril. Además, pidió la devolución del IVA retenido, aproximadamente USD 16 millones. Viteri incluso solicitó al Gobierno que personal de la Policía y de las Fuerzas Armadas esté a disposición del COE cantonal.
Estos requerimientos los realizó debido a que considera que los contagios en la urbe porteña aún no han llegado a la cifra más alta. Lo mismo piensa de las muertes. Solo se podrá conocer la cifra de decesos cuando la curva realmente haya bajado. “Pero el covid-19 vino para quedarse, así que tendremos que cambiar nuestras costumbres”, dijo.
En Guayaquil, las acciones en torno a los fallecidos aún no culminan. La Fuerza de Tarea, que lidera Jorge Wated, hasta ayer informó que continuaban con la identificación e inhumación de cadáveres de hospitales. Ese organismo ha realizado más de 1 200 sepelios.
Para el Colegio de Médicos del Guayas, estos indicadores muestran que la provincia aún no está lista para dejar el aislamiento. Por eso, el gremio ha pedido que se realicen muestreos epidemiológicos por zonas, antes de pasar a otra fase.
“Las normas de salud pública dicen que se toman decisiones cuando hay un descenso de la curva epidemiológica, no en el pico. Nosotros ni siquiera llegamos al pico; y no hay datos reales”, explicó Carrillo.
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