Cañar ocupa el octavo lugar de contagios por número de casos de covid-19 en el país.
La cercanía y el vínculo comercial y laboral con Guayas expusieron a la provincia, de 281 396 habitantes, a un mayor riesgo de propagación de la nueva cepa del coronavirus.
Cañar constituye el paso obligado entre Guayaquil y Cuenca (Azuay). Parte del intercambio entre las tres provincias se da por la vía principal, ya que por ahí transitan los camiones pesados que traen y llevan los productos alimenticios.
El 19 de marzo registraron los primeros infectados, entre ellos una mujer de la tercera edad del cantón La Troncal. Ella fue hospitalizada en el hospital Homero Castañer de Azogues, que cuenta con la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero no se curó y falleció.
Hasta ayer esta provincia registró 162 casos positivos, 178 en espera de resultados de las pruebas y hay un cerco epidemiológico compuesto por 336 ciudadanos. Actualmente, hay seis contagiados por cada 10 000 habitantes y una letalidad del 5,5%. De los nueve muertos, siete eran hombres.
La Troncal, que está ubicado en el límite geográfico con Guayas y muestra mayor movimiento comercial y laboral, concentra el 59,2% de infectados.
“Aquí la gente no entendió el mensaje de quédate en casa ni el distanciamiento social”, reconoce el alcalde Rómulo Alcívar. Este cantón de 320 kilómetros tiene una alta densidad poblacional, de 234 personas por cada km2, cuando la media nacional es de 67.
La parroquia que lleva el mismo nombre es la que más transmisión tiene; con menos de cinco casos cada una están las parroquias Manuel J. Calle y Pancho Negro.
El prefecto Byron Pacheco cuenta que antes de la confirmación de los primeros casos se pidió al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial y nacional el cierre del paso a esta provincia, pero no tuvo eco. “Muchos contagios se pudieron evitar”.
La situación ahora es preocupante porque demanda la realización de más pruebas de diagnóstico, para conocer cuántos en realidad han sido contagiados, pero solo se toman muestras de los casos sospechosos y se envían a los hospitales de Guayaquil y Cuenca, donde las procesan, según Julio Molina, coordinador de la zonal 6 del Ministerio de Salud Pública.
El funcionario y el prefecto coinciden en que el otro problema se da por las carencias del sistema de salud. Solo el hospital Homero Castañer acoge a los pacientes críticos de covid-19 y apenas tiene cuatro respiradores. Ayer tenía una persona hospitalizada.
El hospital Darío Machuca, de La Troncal, recibe a los pacientes para estabilizarlos y si la situación se complica son derivados a Cuenca o Guayaquil. Tiene 25 respiradores desechables (de seis horas de uso), donados por la empresa privada y operan con una ambulancia prestada por 20 días por la Cruz Roja de Azogues; debe llegar una que adquirió la Prefectura para suplantar ese servicio.
El 21 de abril, el ministro Juan Carlos Zevallos indicó que la capacidad hospitalaria, de camas y número de unidades de terapia intensiva, fue adecuada, según la necesidad de cada hospital. Sin embargo, difiere con lo que a diario vive el personal sanitario, que señala que les falta de todo.
“Yo creo a los trabajadores de la salud y por eso estamos equipando a los hospitales y dotando de trajes y productos de bioseguridad al personal”, añade el Prefecto.
Luego de La Troncal está el cantón Azogues, con 32 contagiados y 46 por confirmar o descartar. Muy por debajo están Cañar, El Tambo, Biblián, Suscal y Déleg, que se han mantenido con un caso desde inicios de este mes.
En este pequeño cantón bloquearon los accesos a la gente extraña y ha dado buenos resultados el distanciamiento social y el cerco epidemiológico, dice Molina.
La Prefectura ha destinado USD 1 millón para un fondo de emergencia, con el cual adquieren respiradores, test de diagnóstico y kits de alimentos para familias pobres.
También se realiza la fumigación en parroquias y cantones, se instalaron cuatro arcos de fumigación (con amoniaco cuaternario) en sitios de ingreso a la provincia: Pancho Negro, Manuel J. Calle, Zhud y en El Descanso, de la Autopista Cuenca-Azogues. De esta manera intentan frenar la expansión del virus.