Ella lo tenía todo: una carrera corporativa estable, reconocimiento profesional y un futuro planificado. Pero algo no encajaba. En 2012, mientras trabajaba en Lima, Ivette Montalvo sintió que su rutina ya no le llenaba y decidió viajar por el mundo como una mochilera libre. “Decidí que era momento de reinventarme”, recuerda en estos Diálogos sin Sombrero.
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Miedo, intuición y la decisión de viajar sola de Ivette Montalvo
Lo que debía ser un año sabático se redujo a tres meses, pero luego se alargó por siete años. El primer destino: África. Y no fue un viaje cualquiera. Se embarcó en un overland: un camión adaptado para recorrer continentes, dormir en carpas y cocinar en medio del camino. Sus amigas se quedaron dos semanas. Ella, tres meses.
Ivette Montalvo tenía miedo a viajar sola, pero lo enfrentó paso a paso para viajar como mochilera y entender qué es ser libre. Lo enfrentó paso a paso. Primero con amigas, luego con desconocidos, hasta que un día en Tailandia se lanzó por su cuenta. “Me di cuenta de que nunca estás sola realmente. Siempre hay alguien en el camino”.
Viajar sola siendo mujer no es un acto menor. “Siempre hay riesgos, pero si das bien, recibes bien”, dice. La clave, afirma, está en la intuición. “Tu cuerpo te avisa cuando no debes estar en un lugar. Hay que aprender a escucharse”.
África, India y las decisiones en medio del caos
Durante sus viajes, Ivette enfrentó situaciones extremas. En Ghana, cuando estalló la crisis del ébola, los pasajes a Ecuador costaban cinco mil dólares. Decidió quedarse. “Ver a la gente local vivir sin miedo me enseñó que el pánico es cultural”.
Años después, la pandemia del COVID-19 la sorprendió en Pune, India. Siete meses de encierro en un país sobrepoblado. “No había forma de guardar distancias. Fue un tiempo muy duro, pero también de reflexión”.
El salto definitivo: de mochilera a motociclista
Ivette venció otro temor: la motocicleta. En Asia ni siquiera se atrevía a alquilar una scooter. Pero al regresar a Ecuador, decidió aprender. Se rompió la pierna, dudó en seguir, y siguió. Hoy ha viajado en moto por Colombia y los Himalayas.
“El año pasado recorrí la ruta Delhi–Ladakh en India. Una travesía épica que solo se abre en verano. No me arrepiento. La moto me ha llevado a lugares mágicos”.
35 países, un libro y una idea de felicidad de Ivette Montalvo: la libertad
Ivette ha recorrido 35 países en 7 años. Su libro Libre recoge las historias, las fotos y los aprendizajes de esta travesía. “Felicidad, para mí, es sinónimo de libertad. La libertad de elegir lo que quieres hacer sin pedir permiso”.
Además, hoy organiza viajes en moto a destinos como Ladakh, combinando su experiencia con el deseo de inspirar a otros. “Los ecuatorianos que se animan a venir se dan cuenta de que el mundo es más amable de lo que creían”.
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