Redacción Quito
Fundeporte es un área de recreación del sur de la urbe que se conserva en buen estado a pesar de la falta de recursos económicos.
Amplias áreas verdes, canchas de fútbol, básquet, tenis… a este sitio acuden personas de todas las edades para recrearse. Semanalmente, 6 000 personas –sin contar con niños y ancianos- visitan el complejo deportivo de 33 ha.
El lugar abrió hace 30 años en la av. Mariscal Sucre y Matilde Álvarez con ayuda de fondos privados. Desde allí, los costos por operación provienen de donaciones.
Juan Hidalgo reside en el sector de Quitumbe y frecuenta los fines de semana el complejo. Él dice que le gusta hacerlo porque la mayor parte del lugar permanece limpia y puede acceder a las canchas y a la piscina. Hidalgo tiene una hija de 4 años con la que a veces también asiste entre semana para utilizar los juegos infantiles.
El padre de familia dice que a las 10:00 de cada día, un grupo de jóvenes suele jugar fútbol. Uno de esos futbolistas es Alexis Lara. Él vive en Barrionuevo, en el sur, y cuenta que desde pequeño lo llevaban a recrearse en el espacio verde. Muchas veces –recuerda- me traían de la escuela y otras venía con mi familia.“Con un grupo de amigos venimos para distraernos y desestresarnos”.
Eduardo Subía administra el lugar desde hace cuatro años. Para él, la juventud es la que da vida al sitio de lunes a viernes. Allí acuden niños de instituciones educativas que no cuentan con un área de recreación en sus planteles. Subía, junto con 12 trabajadores, realiza el mantenimiento del parque que cuesta alrededor de USD 300 000 anuales.
Según él, el mayor costo es por la limpieza de la piscina. El dinero restante es ocupado en la limpieza y en el arreglo de cosas que se han deteriorado por el uso.
Una de las inversiones que debe realizarse es la colocación de nuevos filtros para la piscina, pero no hay presupuesto. “Este es un sitio que alberga a miles de personas y a pesar de que aún faltan recursos se trata de mantenerlo lo mejor posible”.
En esto coincide Elena Imbaquingo, quien vive dos cuadras al norte del parque. Ella cree que se debe aprovechar el espacio que no es costoso (USD 0,25) y que es bonito. “Aún faltan arreglos pero es agradable ver que los chicos del sur vienen a hacer deporte en lugar de estar en las calles”.