La Fuerza Aérea registra 2 000 pistas de aterrizaje ‘no controladas’

Así luce el ingreso a El Aromo, en Manabí, donde el lunes 1 de abril  fue detectada un avioneta aterrizó y despegó en el Refinería del Pacífico. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Así luce el ingreso a El Aromo, en Manabí, donde el lunes 1 de abril fue detectada un avioneta aterrizó y despegó en el Refinería del Pacífico. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Los pobladores de El Aromo (Manabí) temen hablar de la droga, de los detenidos y de la avioneta que el lunes 1 de abril de 2019 se fugó de los terrenos de la Refinería del Pacífico en medio de una balacera. Esquivan las preguntas y dicen que pueden estar vigilados por los narcos.

Solo un hombre, que habita en esa zona hace 20 años, cuenta brevemente que hay zozobra por todo lo ocurrido.

Desde el lunes, grupos policiales de élite y militares recorren el sector. Pero en las 1 500 hectáreas de terreno (575 aplanadas) dan seguridad 14 personas que se dividen en dos turnos de 12 horas cada uno.

Agentes que investigan este caso advierten que el lugar es vulnerable, pero que hasta el momento solo se ha detectado un caso de narcotráfico.

Ahora, los investigadores interrogan a nueve detenidos (tres son guardias), para obtener detalles de cómo operaban. Pero los servicios de Inteligencia saben que la construcción de una pista ilegal puede tardar de cuatro a seis meses.

Indican que esto implica tener personas que colaboren y alerten ante posible presencia de las fuerzas del orden.

Según agentes encubiertos, antes de comenzar los trabajos, pilotos extranjeros llegan a Ecuador y analizan el terreno y las corrientes de aire. Así determinan la factibilidad del sitio. Los trabajos pueden costar entre USD 500 000 y un millón de dólares. Unas son solo de tierra. Otras de asfalto y hasta cuentan con iluminación.

Este Diario cruzó datos con los militares y ellos tienen información de que los narcotraficantes pueden maniobrar incluso en espacios que midan de 500 a 600 metros de largo.

Estos espacios son vigilados por gente armada. En El Aromo, la pista tenía luces a lo largo de un km y los custodios operaban con fusiles y pistolas.

Datos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) muestran que en el país están identificadas 2 000 pistas “no controladas”. Es decir, que no tienen una torre de control, como en el caso de las haciendas que necesitan fumigación.

Unas tienen autorización para operar y otras no. Pero la FAE no tiene datos de cuántas están en cada grupo.

Para el Ministerio de Defensa, lo sucedido con las avionetas en El Aromo y en Montecristi (10 de marzo) no significa que el país esté en indefensión.

La pista detectada ese 10 de marzo, en el sector de Río Bravo en Montecristi, medía 700 metros y era de tierra compactada por aplanadoras.

La aeronave era piloteada por dos ciudadanos mexicanos, quienes fueron procesados por el presunto delito de narcotráfico y están en la cárcel de El Rodeo, en Portoviejo.

Allí cumplen prisión preventiva, mientras la Fiscalía recopila más datos, para futuras audiencias judiciales. Los policías hallaron ese día 84 bloques de droga quemados como evidencia del delito.

Así luce el ingreso a El Aromo, en Manabí, donde el lunes 1 de abril fue detectada un avioneta aterrizó y despegó en el Refinería del Pacífico. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Defensa reconoce que en Manabí opera un radar “degradado” que tiene 30 años de vigencia y que las bandas se aprovechan de las difíciles situaciones.La idea -según esta Secretaría de Estado- es mejorar el sistema de vigilancia con una ayuda que llegará de EE.UU., con el avión Orión P3 (también de ese país) y con una nave nacional de similares características.

Actualmente, Fuerzas Armadas tiene cuatro radares nuevos, que fueron comprados en 2016, pero inicialmente se había planificado traer 10. “Ese ultraje a FF.AA. no puede existir, porque son unas Fuerzas Armadas profesionales”, dice el ministro Oswaldo Jarrín y asegura que trabajan para evitar el avance de las mafias del narcotráfico.

De hecho, entre el 2003 y este mes se han retenido 20 avionetas. En el caso de El Aromo solo se sabe que traía armas y dinero, para pagar a los colaboradores que dan seguridad a la aeronave y a la pista clandestina.

En la vía Manta- Portoviejo, operó una clandestina. Medía 300 metros. En el sitio se detectó incluso un pequeño hangar con techo blanco. Hasta octubre del 2018 solo había fragmentos de asfalto deteriorado.

Un morador recordó cómo las avionetas llegaban a ese lugar, la gente cargaba productos y se iba de inmediato.

Según los agentes, en una avioneta se pueden transportar hasta tres toneladas de cocaína. El tiempo que toma cargar o descargar los cargamentos ilegales es de 20 minutos aproximadamente.

El 2 de diciembre de 2017, en el aeropuerto Los Perales, en Bahía de Caráquez, se frustró el envío de 582 kilos de cocaína en una avioneta. En ese caso nueve personas fueron detenidas y posteriormente sentenciadas a 17 años de prisión.

Dos meses después de que la Policía interceptara esa aeronave, la red delictiva intentó hacer otro envío aéreo de droga, pero desde una pista clandestina ubicada en la vía a la Costa, en Guayaquil.

Los agentes dicen que rastrearon a la banda. Igual hacen ahora con el caso de El Aromo.

Para ingresar a esos terrenos se requiere autorización. Una vez adentro se ve lo extenso del terreno, sin energía eléctrica y con amplios caminos.

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