Las medidas económicas anunciadas esta semana por el Gobierno estimularán el empleo de corto plazo y el consumo. Sin embargo, no sentarán las bases para una reactivación sostenida del aparato productivo. ¿Por qué?
Como se sabe, el sector de la construcción es intensivo en mano de obra. Por esta razón, las autoridades han dicho que destinarán nada menos que USD 600 millones a programas de vivienda. Así que apenas se hagan los primeros desembolsos y empiecen las obras se crearán nuevos empleos.
Esa medida beneficiará inmediatamente a un sector de trabajadores poco calificado y pobremente remunerado que ha sido seriamente golpeado por la contracción económica que sufre el país. Bien por eso.
El problema es que una vez que aquellas obras se terminen -en 6, 12 ó 18 meses, por ejemplo- esas mismas personas volverán a la desocupación. Para que aquello no ocurra, el Estado estará obligado a inyectar más recursos a la construcción. En términos técnicos, esto significa que el Régimen ha escogido al sector que produce bienes no transables -como la construcción- para generar empleo, en desmedro de las actividades dedicadas a la exportación. ¿Y qué de malo tiene aquello?
Que el sector de los no transables tiene un límite de crecimiento -el pequeño mercado ecuatoriano-, mientras que las industrias dedicadas a la exportación pueden crecer más, porque atienden un mercado mucho mayor.
Esto significa que la estrategia de estímulo escogida por el Gobierno no prosperará demasiado, precisamente porque está basada en la economía local.
¡Pero si nuestro paquete económico también incluye recursos para industrias exportadoras de flores y camarón!, me dirá algún seguidor de la ‘revolución ciudadana’ (alguno de los que van quedando).
Aquello es cierto. El problema es que apenas se destinarían USD 130 millones para refinanciar deudas a través de la CFN, una cifra muy inferior a la que se inyectará al sector de los no transables. Reemplazar préstamos caros por otros más baratos evitará que algunas floricultoras o camaroneras terminen de colapsar.
No obstante, una reestructuración de pasivos será insuficiente para estimular nuevas inversiones que permitan exportar más flores o camarón y, por tanto, generar más empleos estables. Al menos no cuando las autoridades anuncian nuevos incrementos salariales y más cargas impositivas.
Entonces, ¿qué resultado probable tendrán las medidas del Gobierno?
Habrá un nuevo ‘boom’ del consumo importado. Esta vez, ese consumo será de menor calidad -artículos de contrabando a precios bajos- que evitará que la economía se enfríe demasiado. Mientras tanto, la inversión seguirá contrayéndose y, con ella, las posibilidades de crear puestos de trabajo estables.