Interés en empresas de EE.UU. y Canadá por cannabis medicinal

El Ministerio de Agricultura debe emitir un reglamento. La producción de cáñamo será considerada como agroindustrial.

En medio de la severa crisis económica que vive el país, en el mediano plazo se advierte la posibilidad de atraer nuevas inversiones al país a través del desarrollo de la industria del cannabis con fines medicinales.
Un punto de partida importante para avanzar en ese objetivo será la publicación de la reglamentación relacionada con la despenalización del cultivo de productos de cannabis no psicoactivo (cáñamo) para la industria y la medicina.
Según el Ministerio de Agricultura, a cargo de la definición de esta norma, ese reglamento estará listo el 21 de junio. En esa fecha vence el plazo que se fijó con las reformas al Código Orgánico Integral Penal, que fueron aprobadas en la Asamblea Nacional a finales de diciembre del 2019.
Una vez aprobado el reglamento, esta Cartera emitirá licencias para importación y producción de semillas, siembra y cultivo, fitomejoramiento o fines de investigación, procesamiento e industrialización, así como exportación y comercialización de biomasa o aceite crudo de cannabis no psicoactivo.
La explicación la dio el 20 mayo el subsecretario de Producción Agrícola del Ministerio de Agricultura, Andrés Luque, en una videoconferencia.
“Varias empresas, nacionales e internacionales, han mostrado su interés por invertir en cultivos e industrialización del cáñamo en Ecuador. Sin embargo, todas están a la expectativa de que se establezcan las normativas, para formalizar sus intenciones”, señaló en una entrevista a este Diario, el ministro de Producción, Iván Ontaneda.
Las inversiones en cultivo e industrialización pueden llegar a ser decenas y hasta centenas de millones de dólares, explica el Ministro, en función del desarrollo de este nuevo sector. “Es un mercado dinámico que crece con rapidez; sus proyecciones son muy favorables”, indica.
Xavier Valverde Carcache de la firma Hoban Law Group, un estudio jurídico especializado en cannabis y su industria, señala que hasta el momento existe interés temprano de empresas especialmente de Estados Unidos y Canadá. “No podemos establecer un número exacto hasta que no contemos con la regulación y estos inversores puedan revisar las condiciones, seguridades e incentivos para operar en nuestro país”.
Al respecto el ministro Ontaneda explica que la producción de cáñamo será catalogada como agrícola o agroindustrial; por lo tanto, las inversiones en ese sector gozarán de incentivos para las nuevas inversiones: exoneración de impuesto a la renta e impuesto a la salida de divisas, en el caso de suscribir un contrato de inversión en el país, conforme establece en el actual Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones y Ley de Fomento Productivo.
Un aspecto importante que anota Valverde tiene que ver con las zonas o provincias en donde pueden haber más oportunidades de emprender en la siembra del cáñamo.
Aquello dependerá, dice el jurista, de la variedad de semilla que se utilice, y los procesos que permitan su adaptación a las condiciones climáticas del país. “Lo ideal es no mencionar zonas exactas para evitar la especulación del precio de la tierra, lo cual es Colombia generó muchas estafas y perjuicios”, comentó.
Entre las disposiciones que emitirá el Ministerio de Agricultura y Ganadería en cuanto a las autorizaciones para la siembra y cultivo de cáñamo se contempla que estas actividades económicas no se realizarán en zonas protegidas, bosques primarios o que estén localizados en zonas fronterizas o de playas.