“No busque que no hay”, la tendera está más implacable que el sol del mediodía en Guayaquil. No miente. Es real que ninguna verdura de la Sierra ecuatoriana ha llegado esta semana. La situación reduce ingresos en su local en un 90%, porque lo que sí hay: papa, verde, tomate… se vende poco y está caro.
Se llama María Guamán. Es dueña del local que queda frente a la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil desde hace siete años y este escenario solo le recuerda a octubre de 2019. “Y para colmo, su alcaldesa (Cynthia Viteri), queriendo comprar verduras en Perú, qué mujer para terrible”, dice este jueves 23 de junio de 2022.
Un zapallo grande que antes compraba a USD 2, ahora está a USD 6, para negocio, describe. Por eso no se arriesga. Vende la libra de papa a 0,50 centavos, aunque antes estaba a 0,35 centavos. Igual que la cebolla colorada y el verde, que está vendiendo ahora cada uno a 0,25 centavos, cuando antes daba 6 por USD 1.
Así las cosas en Guayaquil, la ciudad en donde el Municipio se ha desmarcado de la responsabilidad de controlar los precios el miércoles 23 de junio de 2022 en un comunicado. En el documento que recordó que, aunque toda la red de mercados, conformada por 50 centros de abastos, funciona con normalidad, el control de precios es responsabilidad del Gobierno central.
“El control de precios es una atribución exclusiva de la Intendencia de Policía, que está bajo la tutela de la Gobernación del Guayas. Para cumplir esta orden, emitida por Decreto, el Municipio abre las puertas de todos los mercados, para dichos operativos”, señala.
Escenario de mal en peor
Elena Muñiz es dueña de otro local, esta vez cerca de Urdesa. Tiene más de una semana sin brócoli, coliflor, nabo, acelga y hierbita. Los precios de esta última han subido de un dólar el atado a USD 10 estos días. “Es imposible comprar”, lamenta.
El tomate subió de USD 18 la caja, a USD 60. Por eso en venta al menudeo, pasó de o,50 centavos la libra a USD 1,25. La papa está a USD 100 el saco, antes costaba USD 20. La libra está este jueves a 0,50 centavos también, cuando costaba 0,20 centavos.
Antonio Arias, de 72 años y cuya dieta imprescindiblemente debe tener verdura, en serio está asustado por la escasez. Vive en el centro de Guayaquil. “A USD 2,5 me quisieron vender un brócoli que yo compraba antes a 0,25 centavos. Es inconcebible. No hay productos de la Sierra ni a palo”.
Admite que con su sueldo de jubilado (USD 400) no le alcanza. “Hoy hicimos un caldo de gallina, con fideo y papas, que también está cara. Ahora me preocupa cómo vamos a diversificar, porque sin verduras mi dieta se complica”, cuenta.
Operativos en fotos
La alcaldesa Cynthia Viteri anunció el martes 23 de junio que comprará en Perú lo que la Sierra no quiera vender, que ya había hablado con el gobernador del Guayas, Pablo Arosemena, que el abastecimiento estaba garantizado. “Si no nos quieren mandar alimentos de la Sierra, se los compramos a otro país sin ninguna restricción”, dijo.
Arosemena, por su parte, ha subido fotos el miércoles 22 de junio asegurando que en el mercado mayorista de Montebello se mantienen los operativos de control de precios oficiales para evitar la especulación y garantizar la venta de víveres.
Para quienes hablaron este jueves con EL COMERCIO, ambos funcionarios viven en otro mundo.
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Posted by El Comercio on Thursday, June 23, 2022