Los habitantes de la comunidad van hasta Canelos para embarcarse rumbo a su hogar. Cortesía: Daniel Santi.
En la comunidad amazónica de Sarayaku, en Pastaza, la gente siente temor e incertidumbre.
El 1 de octubre pasado, después de las disculpas públicas que el Estado ofreció al pueblo originario kichwa, un accidente aéreo marcó la vida de la mayoría de habitantes. En el percance fallecieron tres comuneros, un fotoperiodista y el piloto. Hay dos sobrevivientes.
Después del accidente, cuenta Gerardo Gualinga, jefe del grupo de seguridad Wio, la gente se ha resistido a subirse a las avionetas.“Estamos traumatizados por las escenas de dolor que vivimos al no poder salvar a las personas que iban en la aeronave que cayó”.
Una semana después del suceso, otro incidente golpeó a la población. El río Bobonaza que bordea a la comunidad, creció por las lluvias y se desbordó. El nivel del agua sobrepasó los tres metros e inundó, entre otras cosas, la pista aérea.
Para ingresar a la comunidad hay dos opciones. La una es por aire, en un viaje de 20 minutos, partiendo desde el aeropuerto Río Amazonas, de la localidad de Shell, en avioneta.
La otra alternativa es ir en canoa por el río Bobonaza, desde el puerto de Canelos. Este viaje empieza por tierra dos horas antes, desde Puyo.
Cuando el caudal está bajo, el recorrido toma seis horas y cuando está alto, cuatro. No obstante, las rutas de navegación cambiaron a partir de la crecida del torrente.
Gualinga cuenta que la gente que sale de la comunidad a las 05:00 puede llegar a Canelos entre las 11:00 y las 12:00.
Uno de los temores de los navegadores, añade Flavio Toala, canoero de Puyo, es que con el río crecido no se pueden visualizar los troncos y la basura que acarrea el agua. “Estos trozos se pueden enredar en el motor y podemos quedarnos a la deriva o ser arrastrados”.
Actualmente, las dos posibilidades de viajar implican más riesgos para los habitantes de Sarayaku. Con la pista inundada, las avionetas no pueden aterrizar. De acuerdo con Gustavo Guayanlema, piloto de Aerosarayaku, lo que se pudo apreciar en un sobrevuelo que se hizo luego de la crecida del río es que también hay otras poblaciones aledañas que están afectadas por el torrente.
La pista, que tiene una longitud de 545 metros de lastre (tierra con piedra), es de propiedad privada. Pero, el Instituto para el Ecodesarrollo Regional Amazónico (Ecorae) se encargará de hacer el estudio del terreno para rehabilitarlo.
Mientras tanto, quienes desean salir a la ciudad, deben optar por las canoas a motor, mientras se reabre la pista.
La tarde del jueves pasado, Pilar Cornejo, de la Secretaría de Gestión de Riesgos, visitó la zona. “Son 133 familias que requieren asistencia humanitaria. En la primera visita entregamos 51 raciones, entre kits alimenticios y de higiene; la diferencia llegará en los siguientes días”, dijo Cornejo.
Los miembros de la comunidad que pueden comunicarse vía Internet, pidieron que la ayuda que se canaliza en Quito, Guayaquil y Puyo, llegue. En las tres ciudades se recolectan alimentos, colchones, mantas, sábanas, toallas, ropa, útiles escolares, medicinas, pañales, velas, agua embotellada…
Adicionalmente, ayer por la mañana, la Unidad Judicial Penal de Pastaza, la Policía Judicial y la Fiscalía procedieron allanar dos talleres de reparación técnica en Puyo.
Según Johana Padilla, fiscal de Pastaza, luego de una investigación, se presume que existen motores y repuestos que no cuentan con la documentación necesaria para acreditar a sus portadores como dueños.
Darwin Eduardo Núñez, propietario del local Fuera de Borda dice que esta es la primera vez que le sucede esto. Tiene clientes de Sarayaku, Montalvo y otros poblados.
Marlon Santi, dirigente de Sarayaku, explicó que se han decomisado motores de esa comunidad. “Por ahora, las canoas a motor son nuestra única forma de ingresar. Sin los motores estamos más incomunicados aún. Salimos por las noches, por lo que no llevamos los papeles, pero ahora debemos estar atentos con eso”.
Padilla aclaró que los documentos que se deben mostrar son: hoja de trabajo y copias de la cédula del dueño del bien y de la factura (título de propiedad). Con esos pueden ir a retirar de los patios de la Policía Judicial los bienes decomisados.
En contexto
Las dos formas de ingresar a la comunidad representan, actualmente, peligro. La pista aérea está cerrada porque está inundada. Además, los pobladores aún están traumatizados por el accidente del 1 de octubre pasado. Ir por agua es riesgoso por el torrrente.