Los pasajeros del vuelo 643 de American Airlines se llevaron un gran susto la noche del domingo 22 de agosto de 2021, reportaron que sintieron que el avión caía y que sus cuerpos flotaban en el aire ante los gritos generalizados de los viajeros.
“Mi hija de 12 (años) gritaba y lloraba y todos a mi alrededor gritaban, pensé que nos íbamos a morir”, escribió en Twitter Silvia Flores, una de las pasajeras.
Nicole Loor agregó que la tripulación se disculpó por la “turbulencia”. “En serio vi la muerte de cerca”, dijo.
El vuelo cubrió la ruta Miami-Guayaquil, con salida a las 18:53 y llegada al Puerto Principal a las 22:05, y la línea de altitud sufrió una ligera pérdida de altura a mitad de camino, según el portal de seguimiento de vuelos FlightStats. El avión es un Boeing 737MAX 8.
El exasambleísta Nicolás Issa Wagner, otro de los pasajeros, ponderó la “sangre fría y nervios de acero del piloto” para manejar una situación que definió como muy compleja.
Issa contó que el avión en el que regresaban a Guayaquil “casi pierde totalmente el control, al punto que creí que hasta ahí llegábamos”.
La aerolínea le respondió el Twitter: “Tenemos los mejores pilotos del sector. Pasaremos tu cumplido”.
Las turbulencias invisibles pueden generar corrientes de aire con velocidades de hasta 160 kilómetros por hora, aunque la condición de turbulencia extrema suele ser intensa es de corta duración, según el experto ecuatoriano en aviación Nicolás Larenas.
El avión habría encontrado una Turbulencia en Aire Claro (o CAT, por sus siglas en inglés), “un fenómeno aislado”, según explicó Larenas, quien recordó la importancia de usar el cinturón de seguridad en los vuelos para mitigar los efectos de este tipo de situaciones.
El Boeing 737MAX 8 es un modelo que cumplió el año pasado con una serie de pruebas y todo un proceso de recertificación por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), luego de que los aviones pasaran más de un año en tierra tras dos accidentes mortales.