Monseñor Luis Cabrera Herrera es el nuevo arzobispo de Guayaquil en reemplazo de monseñor Antonio Arregui. Foto: Elena Paucar/EL COMERCIO
Adaptarse al calor guayaquileño y a la gran ciudad. Monseñor Luis Cabrera Herrera, el nuevo arzobispo de Guayaquil, oriundo de Azoguez, confesó ante los medios de comunicación porteños algunas de sus expectativas y planes a cargo de una de las Arquidiócesis más grandes del país.
Continuar con la obra que deja su antecesor, monseñor Antonio Arregui, será una de sus principales tareas. Y afirma que lo hará con paciencia, conociendo a fondo el trabajo en salud, educación, alimentación y vivienda que deja su antecesor.
“Hay cosas en las que me adaptaré inmediatamente, hay otras en las que deberá pasar algún tiempo. Imagínense, vengo de una población de Cuenca de 700 000 habitantes. Acá se habla de cuántos, casi tres millones. Es una diferencia enorme (…). Es una camisa grande”, dijo.
Cabrera reconoció que no es indiferente al peso político de Guayaquil. Arregui, quien lo presidió, tuvo un vínculo cercano con figuras como el alcalde Jaime Nebot. Fue también crítico ante algunos pronunciamientos del actual régimen y, en contraparte, fue blanco de críticas del Gobierno.
El actual monseñor se muestra abierto al diálogo. “Pero un diálogo que sea sincero -dice-, sin agendas ocultas. Sepamos decir lo que pensamos, lo que sentimos, en un diálogo con mucha serenidad. No necesitamos elevar la voz para tener un diálogo fructífero, efectivo, que llegue a soluciones que beneficien a todas las personas”, afirmó.
Antes de dar la bendición a los periodistas que asistieron a su presentación, la tarde de este sábado 5 de diciembre del 2015, Cabrera bromeó sobre su cambio de estilo de vida. “Tendré que acostumbrarme al calor tropical, al calor de la buena música, a la gastronomía (…) Tendré que dejar el cuy por el pescado y el mote por los patacones”, contó entre risas.
Pero no todo le será lejano. Cabrera estará cerca de sus hermanos franciscanos, pues la iglesia San Francisco se ubica a pocas cuadras de la curia, en pleno centro de Guayaquil.
Monseñor Luis Cabrera tiene 60 años. Nació en Azoguez el 11 de octubre de 1955. En 1975 inició su formación como religioso franciscano, en el Noviciado de la Provincia de San Francisco de Quito.
En abril del 2009 el papa Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Cuenca. También ha sido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (de 2011 a 2014). Y en este año, el papa Francisco le encargó el Arzobispado de Guayaquil.