Las compras por emergencia y la subasta inversa corporativa son las dos vías de contratación pública que el Gobierno ha tomado para aliviar el desabastecimiento en los hospitales.
La primera se puso en marcha en junio, tras la declaratoria de emergencia. Desde entonces, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha realizado 953 órdenes de compra a través del catálogo electrónico, que por ahora tiene 183 fármacos registrados de los 750 que conforman el Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos. La inversión es de USD 18,7 millones.
María Sara Jijón, directora general del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), explica que 15 días después de la compra comienza el despacho, con entregas parciales para evitar que se aglomeren en las bodegas o caduquen.
Esta es una vía urgente ante el déficit. En el último Gabinete Sectorial de Salud se informó que hay unidades con menos del 50% de abastecimiento; el 90% es lo ideal.
Solo el MSP ha hecho compras por ahora, según el Sercop. Se espera que el IESS, Issfa e Isspol se sumen en las próximas semanas, aunque a la emergencia le restan menos de 15 días.
Mediante el mecanismo de compra de subasta inversa corporativa se han completado 528 procedimientos. El lunes 8 de agosto se publicará el quinto y último lote de 156 fármacos. Su objetivo es comprar gran volumen a bajo costo.
El proceso comenzó con la fijación de precios referenciales de 684 medicamentos y con esa base se publicaron los pliegos, con especificaciones de cada producto.
Los proveedores interesados tuvieron un plazo para preguntas y decidir si se adhieren o no a la puja. Los que aceptan competirán con sus ofertas en línea; el ganador pasará por una revisión de documentos antes de ser adjudicatario. Luego se firma un convenio marco, que permite recibir los pedidos de compra.
Del primer y segundo lote ya hay adjudicaciones. Igualmente, hay convenios suscritos del primer lote.
Jijón, además, destaca el ahorro generado, desde la fijación del precio referencial hasta la puja, que baja aún más el valor.
Los cuatro primeros lotes dejan un “ahorro potencial” de 40%, en promedio, que se hará efectivo en las compras.
Calidad vs. precio
Las economías de escala, o adquirir por volumen, conllevan un ahorro en teoría. María del Carmen Quevedo, quien años atrás dirigió estos procesos en el IESS, hace esa puntualización porque el cálculo, a su criterio, no es preciso.
“No solo hay que ver el costo del fármaco, sino agregar el costo de la distribución a las unidades médicas”. Esto, explica, está ligado a que lleguen oportunamente al usuario. La Directora del Sercop indica que los proveedores harán sus entregas a las coordinaciones zonales del MSP. Luego, la Cartera de Estado completará la entrega.
Quevedo advierte que falta un sistema de farmacovigilancia para verificar la calidad de los lotes adquiridos. “Si una persona con hipertensión toma un medicamento que no es de buena calidad, puede acabar con una insuficiencia renal. No sabemos quién monitorea esos efectos”.Jijón asegura que en la fase contractual exigen registros sanitarios y certificados de buenas prácticas de manufactura.
Incluso han realizado inspecciones en las empresas participantes. Sin embargo, dice que la competencia final de evaluar la calidad está en manos del sistema sanitario.
Más transparencia
Hay dos elementos que el farmacólogo clínico José Terán propone para transparentar las compras por subasta inversa: que las pujas sean públicas, frente a los medios de comunicación y sin precios referenciales. “Cuando hay un precio referencial, que seguramente nace de la misma industria farmacéutica, ya se está jugando a favor de alguien”, dice el experto, quien diseñó este mecanismo de compra para el MSP en los años 90.
Según el Sercop, los precios referenciales se obtienen luego de estudios de mercado -local y en países vecinos-, más los montos de subastas anteriores.
En cuanto a la puja, Terán insiste en que sea presencial para evitar que los participantes se crucen información o acuerden un reparto previo. Añade que es recomendable la participación de laboratorios extranjeros, para aumentar la competitividad. “Si se quiere ser realmente transparente, se debe invitar a productores internacionales de genéricos, que tengan certificación de calidad de la Organización Mundial de la Salud”.
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