Los fuertes oleajes causaron 30 emergencias en Ecuador

El centro de monitoreo del Inocar emite informes sobre el oleaje en Ecuador cada tres días. Enrique Pesantes/EL COMERCIO
El mar dejó sus huellas. Arrancó adoquines en el malecón de La Libertad (Santa Elena), inundó calles en la parroquia Camarones (Esmeraldas) y sigue cambiando el perfil costanero de Jambelí (El Oro). Los fuertes oleajes de este 2023 han causado 30 emergencias en Ecuador.
El impacto es originado por un cambio en el patrón de olas. Habitualmente, las playas ecuatorianas reciben olas del Pacífico sur. Estas golpean la península de Santa Elena, la puntilla que amortigua el efecto del oleaje para las playas ubicadas hacia el norte.
Pero del 9 al 30 de enero del 2023 arribaron desde el Pacífico norte. Por eso gran parte del perfil costero quedó expuesto a un impacto más directo. A esto se sumó un periodo de aguaje.
El perfil costanero del Ecuador continental tiene una extensión de unos 670 kilómetros. La Secretaría de Gestión de Riesgos registró afectaciones en 24 puntos; algunos tienen problemas recurrentes, como el malecón de Salinas (Santa Elena) y el malecón de Mompiche (Esmeraldas).
El fenómeno dejó 99 personas afectadas y 3,3 kilómetros de vías cercanas al mar. El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar) mantiene el monitoreo y emite alertas del comportamiento de las olas cada tres días.
Invierno boreal, causa del fuerte oleaje en Ecuador
El oleaje proveniente del nor-noroeste del Pacífico es generado por el invierno boreal que experimenta el hemisferio norte. Este año ha sido mucho más fuerte, con temperaturas de hasta 45° bajo cero en algunas partes de Estados Unidos.
Además, el periodo con el que aparecieron fue mayor, de entre 21 y 23 segundos. “Esto implica que vengan con mucha más energía de lo habitual”, indica. Esa fue la razón por la que algunas zonas registraron olas de hasta 2,5 metros de altura.
Las olas que arriban a la costa de Ecuador desde el Pacífico sur tienen un periodo regular de entre 13 y 15 segundos. Su altura fluctúa entre 0,5 y máximo 1,5 metros.
El efecto de la intervención humana
Toneladas de arena y conchilla acumuladas en el malecón de Salinas (Santa Elena). Esta es una escena cada vez más recurrente y podría repetirse con mayor frecuencia.
Para Franklin Ormaza, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar de la Espol, el oleaje de enero solo sacó a flote las huellas de la intervención humana.
Casas y edificios a escasos metros de la playa, vías muy cerca del mar y la destrucción de las dunas -montículos naturales de arena- hacen que las olas incrementen la erosión del borde costero, tal como ocurre en la isla de Jambelí; o la acreción, que es la acumulación de arena, como sucede en Salinas.
“Lamentablemente, nos hemos tomado espacio de playa y mar. El mar está reclamando”, dice Ormaza.
Oleajes y cambio climático
Los trenes de olas del nor-noroeste del Pacífico suelen arribar a Ecuador en esta época del año, según los registros históricos del Inocar. Pero resulta poco usual su gran intensidad.
“Puede relacionarse con el cambio climático. El invierno boreal ha sido más fuerte de lo normal y el oleaje provocado ha causado problemas en toda la costa oeste del Pacífico, incluyendo Colombia, Perú y Chile”, explica el teniente Gómez.
Una mayor intensidad de las olas también puede cambiar el perfil costero. Gómez aclara que estos procesos geológicos toman años, aunque el cambio climático podría acelerarlos.
Esmeraldas es la más afectada por el oleaje
El oleaje destruyó parte de un muro de escolleras construido en la playa Banderas de la parroquia Camarones (Esmeraldas). La provincia fue la más afectada por este fenómeno, con 10 de las 30 emergencias detectadas por la Secretaría de Gestión de Riesgos.
El mar también derribó una casa. Los moradores más antiguos de Camarones recuerdan que hace 30 años había unos 100 metros de extensión de playa; ahora no hay más de 20 metros.
La Dirección de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas propone construir un muro de espigones en el mar, aunque falta por definir el presupuesto y la consultoría. Los estudios para este tipo de obras deben ser auditados por el Inocar.
Esta parroquia sufrió daños similares en 2011, 2014 y 2018. Los oleajes de este 2023 dejaron 46 viviendas afectadas en Esmeraldas y una persona falleció.
Jambelí, en riesgo por fuertes oleajes
Los sacos de arena ya no pueden detener la erosión. La isla Jambelí, del cantón Santa Rosa (El Oro), fue una de las más golpeadas por los últimos oleajes en la costa de Ecuador.
48 de sus más de 300 habitantes vieron al mar ingresar a sus casas y cabañas turísticas. El problema no es nuevo. Hace 20 años había cerca de 200 metros de playa; con el tiempo se redujo a 5 metros o menos cuando la marea sube.
Ahora la situación es crítica. Un informe de Gestión de Riesgos, entregado en octubre del 2022 a la Gobernación de El Oro, alerta que la isla podría dividirse si el fuerte oleaje golpea el muro de una camaronera, ubicada al norte.
Por años se ha planteado varias soluciones, como la construcción de rompeolas y espigones. Tras la reciente emergencia solo se trabaja en levantar y compactar muros de arena en la zona de playa, con casi 42 000 sacos.
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