El proyecto costó USD 4,6 millones, e incluyó dos contratos complementarios. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
El Teatro León está listo para abrir sus puertas al público. La infraestructura, situada en el centro histórico de Riobamba, estaba cerca de colapsar por su avanzado estado de deterioro, ahora sus instalaciones están remozadas y tiene uno de los equipamientos más modernos del país.
Reparar la estructura debilitada por las filtraciones de humedad y el abandono, fue la tarea más complicada. Un equipo de ingenieros, quienes se unieron para formar el Consorcio Teatro León, estudió durante varias semanas la infraestructura para encontrar la forma de salvarla de un eventual derrumbe.
Los técnicos le dieron soporte a los siete niveles del teatro con columnas de hierro fundido que se instalaron junto a los pilares originales de la construcción patrimonial. Los restauradores lograron conservar los capiteles originales, que se bañaron en pan de oro.
Las puertas, ventanas y otros implementos de madera también se recuperaron. Juan Carlos Mafla trabajó durante casi un año en la restauración de los detalles originales de la madera para volver a instalarlos y conservar la estética de la fachada.
En el interior hay tres plateas que se equiparon con butacas diseñadas exclusivamente para el teatro por especialistas de la empresa EASA. Ellos se ocuparon también de la instalación de equipos de audio, video e iluminación escénica.
“El teatro tiene un elevador móvil para orquestas. Es un edificio patrimonial que ahora cuenta con equipos de alta tecnología y se convirtió en uno de los más modernos del país”, dice Byron Ojeda, parte del equipo de técnicos.
Los especialistas dicen que la parte más complicada de la restauración fue la cúpula. La antigua estructura estaba tan afectada por la humedad que estaba cerca de desmoronarse. Los ingenieros lograron recuperarla al recubrirla de carbono, un material altamente resistente.
La construcción del Teatro se inició en 1918 y concluyó en 1924, el edificio se considera una de las joyas arquitectónicas de Riobamba y un sitio de alto interés histórico, por lo que es parte del inventario de bienes patrimoniales del INPC.
En su época de oro, en el Teatro se presentaron artistas como Libertad Lamarque y Los Panchos. Luego tuvo un declive debido a un cambio en la preferencia del público, se popularizó la televisión y el VHS. En los años 90 se utilizó para la proyección de películas para adultos y luego quedó abandonado.
En el 2013 fue adquirido por el Municipio de Riobamba. El proyecto inicial era convertirlo en un centro comercial, el proyecto se conoció como Neptune Mall.
En el 2018 la administración Municipal decidió rehabilitarlo e impulsarlo como un centro de desarrollo cultural. El proyecto costó USD 4,6 millones, e incluyó dos contratos complementarios.
“Estamos afinando detalles de la entrega, pero esperamos inaugurarlo este abril, cuando Riobamba cumplirá 199 años de independencia”, dijo Iván Layedra, director del Comité de Fomento Productivo del Cabildo.