La DGAC abrió expediente administrativo contra Tame por la cancelación de vuelos por el aeropuerto Mariscal La Mar. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
La suspensión de los vuelos Quito-Cuenca-Quito de Tame, del jueves 15 de septiembre del 2016, sigue levantando polémica en el país. La Dirección General de Aviación Civil abrió un expediente administrativo contra la aerolínea. Por su parte las autoridades de Tame dicen que las operaciones hacia la capital azuaya están siendo afectadas desde la reapertura del aeropuerto Mariscal La Mar.
Todo empezó porque inicialmente una autoridad de Tame-Cuenca dijo que esas cancelaciones se debieron a que la pista del aeropuerto Mariscal La Mar estaba mojada. El tema generó una fuerte reacción de las autoridades de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca y molestias entre los clientes de Tame.
El aeropuerto cuencano llevaba solo un día de haber reactivado sus vuelos, tras concluir el recapeo de la pista de 1 900 metros de longitud el 9 de septiembre. Estos trabajos fueron sugeridos por las autoridades de la DGAC para levantar la prohibición de aterrizaje y despegue de aviones que pesaba sobre este aeropuerto –desde mayo pasado- cuando la pista estaba mojada por las lluvias.
El miércoles 14 se cumplieron los seis vuelos programados de Tame, cuatro de ellos fueron en la noche y con pista mojada, porque llovía en la ciudad. Pero en la mañana siguiente los vuelos 173 y 172 del Airbus 319 Quito-Cuenca-Quito no se realizaron y generaron una cadena de quejas.
Ese día Pablo Calle, gerente de Tame en Cuenca, dijo que las suspensiones se dieron por un aspecto técnico que establece el boletín operacional de seguridad para este tipo de avión. Es el más grande dentro de la flota que sirve a Cuenca y tiene capacidad para 120 pasajeros.
Mediante boletín de prensa, la tarde de este 16 de septiembre del 2016 Tame emitió la versión oficial. Según el documento, desde del primer proceso de rejuvenecimiento de la pista del Mariscal La Mar (fue en febrero 2016), esta aerolínea sufrió un accidente (28 de abril) y seis eventos de deslizamiento inusual durante los aterrizajes, presuntamente provocados por las condiciones de la capa asfáltica.
Según ellos, esto determinó que las exigencias de seguridad operacional fueran estrictamente aplicadas, más aún en superficie mojada. A partir de la segunda intervención a la pista (agosto 2016) –dice el boletín- el día de la apertura de las operaciones comerciales, durante el tercer aterrizaje de nuestra aerolínea se presentó un deslizamiento lateral inusual sobre superficie mojada, lo que exige aplicar procedimientos que precautelen la seguridad.
“Por tal razón debemos ejecutar los procedimientos técnicos mandatarios dirigidos a garantizar la seguridad de los vuelos, precautelando la integridad de los pasajeros, tripulación y aeronaves”. El boletín también señala que Tame no ha sido sancionada por la DGAC pero que, sin embargo, presentarán estos sustentos técnicos que avalan las decisiones adoptadas.
Por su parte la DGAC ratificó que sobre el aeropuerto cuencano no pesa ninguna restricción operacional y que la decisión de ejecutar, retrasar o cancelar los vuelos comerciales que previamente han sido aprobados por esta institución es de entera responsabilidad de los operadores aéreos y que deben justificar –obligatoriamente- tales decisiones.
La inobservancia de esta obligación está sujeta a sanciones legales contempladas en la Ley de Aviación Civil. Por eso, dice el boletín de la DGAC, que se abrió un expediente administrativo en contra de Tame por la cancelación de los vuelos 173 y 172 de las rutas Quito-Cuenca-Quito del jueves 15 de septiembre.
“El mismo continuará el trámite respetando el debido proceso”. En la mañana de este 16 de septiembre los vuelos Quito-Cuenca-Quito se cumplieron con más de dos horas de retrasos lo que generó más molestias entre los clientes de Tame. Latam, la otra aerolínea que opera en esta misma ruta retomará su actividad por el aeropuerto cuencano el lunes 19 de septiembre.