Largas filas en Terminal Terrestre de Guayaquil para viajar a las playas

Largas filas, desorden y gritos en pos de hacer respetar los turnos, fue la tónica frente a las ventanillas de las cooperativas de buses que operan rutas a balnearios como Salinas y Villamil Playas, la mañana del domingo, 1 de enero de 2017, en el Termina

Largas filas, desorden y gritos en pos de hacer respetar los turnos, fue la tónica frente a las ventanillas de las cooperativas de buses que operan rutas a balnearios como Salinas y Villamil Playas, la mañana del domingo, 1 de enero de 2017, en el Termina

Largas filas, desorden y gritos en pos de hacer respetar los turnos, fue la tónica frente a las ventanillas de las cooperativas de buses que operan rutas a balnearios como Salinas y Villamil Playas, la mañana del domingo, 1 de enero de 2017, en el Terminal Terrestre de Guayaquil. Foto: Jofre Flores / EL COMERCIO

Más de dos horas tomó conseguir un boleto de transporte interprovincial con destino al balneario de Salinas (Santa Elena), la mañana del domingo 1 de enero de 2017, desde el Terminal Terrestre de Guayaquil.

Las ventanillas de las cooperativas de buses que viajan a destinos como Villamil Playas (Guayas) y a los balnearios de la ruta del sol, en la provincia de Santa Elena y Manabí, lucieron con gran concurrencia de público.

La fila de usuarios más larga, de más de 100 metros doblaba tres veces por los pasillos del centro comercial de la Terminal, y se instaló frente a las cooperativas CLP, Liberpesa y Cica, que operan rutas a Salinas.

Alrededor de las ventanillas se instalaron vallas metálicas para moderar el flujo de venta de pasajes e intentar mantener el orden de atención a los usuarios en la fila. La demanda de este domingo sobrepasó a la venta de pasajes de viernes y sábado para ese destino, informaron dependientes de las cooperativas.

"Llegué a las 9:00 de la mañana, son más de las 11:00 y aún no puedo comprar el pasaje. Y todavía falta esperar por la salida del bus", indicó Carlos Marín, a quien le faltaban poco para llegar al área enrejada de venta de pasajes.

Las ventanillas de cooperativas como Posorja CTP, que opera rutas Villamil Playas y Posorja (Guayas) también lucieron copadas de público, con largas filas, en medio de desorden y gritos para hacer respetar los turnos.

"Tengo más de media hora esperando, toca armarse de paciencia si queremos viajar", dijo Geovanny Bastidas, turista colombiano que pretendía salir de paseo con su esposa e hijos a Villamil Playas.

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