Las playas están en alerta por el fuerte oleaje

En la playa Tarqui en Manta, entre el 30 de abril y 1 de mayo, los trabajadores de los astilleros terminaban de retirar tablas y tablones que usan para reparar y construir barcos de madera. Foto: Patricio Ramos/ EL COMERCIO.

El período de oleaje que coincide con el feriado que se inició ayer 1 de mayo y que se ha pronosticado como muy fuerte, puso en alerta a los organismos de prevención.
Las autoridades no quieren que provoque los estragos que causó el fuerte oleaje de finales de marzo pasado, que dejó pequeñas embarcaciones de pescadores destruidas, tres personas ahogadas y pérdidas en locales turísticos. Los daños más fuertes se registraron en las costas de la provincia de Santa Elena.
El jueves último la Secretaría de Gestión de Riesgos (SNGR) de la provincia de Santa Elena se reunió con los delegados de los tres municipios peninsulares para coordinar las acciones de prevención y contingencia.
En todo el país, el plan tendrá la participación de 37 463 personas de diferentes instituciones. De estas, 1 455 son voluntarios de la SNGR entrenados para tareas de rescate en el mar.
Según las proyecciones del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) hasta el jueves la altura media de las olas fue de 1,7 metros en la región continental. Pero desde ayer la intensidad de las olas se incrementó hasta alturas mayores a los 2 metros, en la región continental.
Para hoy, sin embargo se pronostica un oleaje “con mayor energía”, según el Inocar. Así, el oleaje alcanzará picos de entre 3 y 4 metros de altura y en períodos más cortos. El fuerte oleaje se evidenciará hoy 2 de mayo en las costas, desde la mañana. Esas condiciones se mantendrán todo el día.
El Inocar advirtió que, aunque la intensidad del oleaje descenderá de muy fuerte a fuerte entre mañana y el lunes, este último día las oscilaciones del mar se verán influenciadas por la presencia de un aguaje.
La SNGR recordó ayer que en la Región Insular (Islas Galápagos) los dos fenómenos oceánicos, tanto el oleaje como el aguaje, tendrán mayor presencia en puerto Ayora y puerto Villamil, debido a su exposición geográfica.
Las mismas condiciones geográficas provocarán que las olas impacten con más intensidad en las comunas y balnearios de Chanduy, Ancón, Anconcito, La Diablica, Mar Bravo y Punta Carnero, en el sur de la provincia de Santa Elena; en el sector conocido como La Chocolatera, un mirador turístico ubicado en el balneario de Salinas; y a lo largo del perfil costanero, desde San Pablo hasta Montañita, en el norte.
En el balneario de Salinas, entre las labores de prevención, el alcalde Daniel Cisneros dijo que hay la disposición de colocar banderas rojas en las playas de San Lorenzo, Chipipe y Punta Carnero. Los banderines se ubicaron en las torres de
los salvavidas.
En la provincia de El Oro, en el sur del país, los socorristas se distribuyeron en los dos principales balnearios: Jambelí, balneario de Santa Rosa; y Bajoalto, en el comuna del mismo nombre del cantón El Guabo.
En las playas de Manabí también se tomaron precauciones. Quienes viven y trabajan al filo de la playa no quieren ser sorprendidos por el fuerte oleaje.
En las playas Tarqui y Los Esteros, en el noroeste de la ciudad de Manta los dueños de 22 cabañas turísticas agrupadas en el Parque del Marisco, estaban a la expectativa para
ver cuál sería el comportamiento de las olas.
Vicente Zambrano, propietario de la cabaña El camotillo 2, comentó ayer 1 de mayo que ninguna autoridad había llegado para informarles sobre las condiciones atípicas del oleaje anunciado para este feriado.
“Hace tres años hubo una creciente del mar, el agua cubrió toda la zona de los restaurantes. Recuerdo que subimos los electrodomésticos en los altillos para evitar que el agua los dañe”, señaló.
A 500 metros del sitio donde funcionan los locales de venta de comida está ubicado el astillero artesanal. Manuel Cedeño trabaja allí como ayudante de carpintería naval. “Lo que estamos haciendo es retirar la madera que está desparramada en la arena, si llega el aguaje a la zona alta de la playa nuestro material de trabajo estará a buen recaudo pero dentro de los barcos en construcción”.
Los pescadores artesanales también tomaron precauciones para no ser sorprendidos por los aguajes. Ángel Cedeño sale todos los días a sus jornadas cotidianas de pesca. “Tengo una lancha de fibra de vidrio, cuando hay aguajes fuertes es mejor quedarse en tierra”. Este pescador agrega que, con estos eventos, las embarcaciones mar adentro son azotadas por las olas y se pueden virar.
El pescador dejó su nave en la zona de estacionamiento de lanchas frente al puerto, porque allí el rompeolas las protege de cualquier percance.
El anterior aguaje de hace dos semanas causó daños en el malecón de El Matal, del cantón Jama. El agua llegó hacia ocho viviendas y obligó a los dueños de restaurantes a resguardar sus electrodomésticos. En playa Los Esteros, en Manta, una cabaña construida sobre la arena se desplomó.