Washington, AFP
El moneda coqueteó la semana pasada con su nivel más bajo del año frente al euro y desde hace 10 meses frente al yen, minado por los temores sobre el déficit de EE.UU. y por la reducción de las tasas de interés, que hacen poco atractiva a la divisa.
Y también padeció de su estatus de valor refugio, ya que ante las primeras señales de recuperación económica los operadores lo abandonan en favor de materias primas y otras monedas.Su caída reavivó las especulaciones sobre el fin de su utilización en los intercambios petroleros y amenaza su condición de moneda de reserva internacional.
Ciertos analistas consideran que las autoridades estadounidenses, a pesar de reiteradas declaraciones en favor de un “dólar fuerte” , se contentan con ver debilitarse la divisa, porque esto sostiene las exportaciones. Más aún cuando el riesgo de inflación es menor al de la deflación.
No obstante, esta estrategia podría volverse contra EE.UU. si el dólar pierde la confianza de los inversores, lo que sería un nuevo golpe para el sistema financiero mundial. De hecho, tres bancos centrales asiáticos ya comenzaron a intervenir para sostener el dólar, anotó Joseph Brusuelas, del sitio de análisis de Moody’s. Eso genera una preocupación para todos los mercados.