Hasta las 13:00 de este sábado 19 de mayo del 2018, el flujo de visitantes al Museo Nacional se calculó en unas 600 personas. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Las puertas del Museo Nacional del Ecuador (MUNA) se abrieron al público desde la mañana de este sábado 19 de mayo del 2018. Unas esculturas de mujeres afrodescendientes daban la bienvenida a los primeros visitantes, que llegaban cuando aún se desmontaba el escenario instalado para el acto de inauguración de la noche del pasado viernes.
El museo fue cerrado en noviembre del 2015, durante la realización de la Cumbre Mundial del Hábitat III y sus operaciones se reanudan luego de un proceso de renovación que tuvo un costo aproximado de USD 1,5 millones.
La intervención incluyó una reconceptualización de la experiencia museográfica, que integra herramientas tecnológicas como pantallas táctiles, juegos interactivos, proyecciones audiovisuales, así como espacios interactivos para un recorrido más ameno.
Pero el museo también dejó de seguir una línea cronológica para replantearse sobre una visión que reconoce la diversidad, organización política y social, territorio, patrimonio, memoria social y conocimiento como ejes transversales, en una propuesta adaptada a la arquitectura de los 5 000 metros cuadrados y tres niveles, que ocupa en el edificio de los espejos, en la Casa de la Cultura.
Después de un breve registro, el visitante puede optar por recorrer las instalaciones por su cuenta, con la ayuda de un audioguía o sumarse a un grupo guiado por uno de los cinco mediadores, disponibles este fin de semana.
El historiador Alejandro López se presentó como el guía de un grupo integrado por 15 personas entre niños, jóvenes y adultos, quienes lo siguieron hasta el salón del Núcleo Histórico, donde empieza el recorrido, que puede durar hasta seis horas.
La noticia sobre la reapertura del MUNA motivó a Fanny Tamayo a visitar por primera vez un museo en la ciudad. Su interés se centró en conocer el proceso histórico sobre el que se ha construido la idea de una nacionalidad.
Los visitantes optaron por un recorrido abreviado y López hizo un breve repaso sobre la creación, historia y objetivos del MUNA. Una de las piezas que generó mayor interés fue el Sol de oro, perteneciente a la cultura Tolita y que se ha convertido en un símbolo ligado a la economía e identidad nacional y que forma parte de la exposición temporal denominada Oro, plata y cobre.
Danilo Gordillo llegó acompañado por su hija Alejandra y su sobrina Renata y aprovechó que tenía por primera vez ante sus ojos al Sol de oro original para tomarse fotografías. Durante el recorrido iba reforzando las explicaciones a sus pequeñas acompañantes con sus propios comentarios.
Mientras los visitantes seguían retratándose junto a los objetos más vistosos de la colección, Michelle Andrade le tomó la posta a López en la guianza. Sin embargo, antes de llegar al segundo nivel, el grupo se había dispersado y se redujo a seis personas. La subsecretaria de memoria social Ivett Celi explicó que se están ajustando los servicios de guianza de acuerdo al flujo de visitantes y requerimientos.
En el segundo y tercer nivel se alberga la exposición sobre Territorio, economía y trabajo desde las sociedades originarias hasta la época republicana, entre piezas de arte precolombino, objetos ceremoniales, cuadros y esculturas coloniales y contemporáneas, así como mobiliario, utensilios y herramientas, que vistos en conjunto hablan sobre el desarrollo de las formas sociales, políticas, religiosas y culturales de la sociedad que hoy constituye el Ecuador.
Después de tres horas de recorrido Patricio Yumbolema, junto con sus familiares y amigos, expresaron su satisfacción por el recorrido, que además de entretenido y didáctico cree que se constituye en una experiencia capaz de afianzar el proceso de construcción de identidad.
Hasta las 13:00 del sábado el flujo de visitantes se calculó en unas 600 personas. El MUNA atiende al público de martes a domingo, de 09:00 a 18:00 y la entrada es gratuita.