‘Guayaquil Ibérico, historias de cuando eramos España’ es el nuevo libro del historiador Melvin Hoyos, director de Cultura del Municipio de Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
Melvin Hoyos acopió una serie de trabajos sobre temas de la época e investigó en las actas del cabildo porteño para plantear una historia cronológica de la ciudad colonial en el libro ‘Guayaquil ibérico, historias de cuando eramos España’.
El volumen abarca 285 años de historia, desde la Fundación de la urbe en 1535; hasta su separación de España, en 1820. Además plantea un recorrido histórico también desde las curiodades de la época, con los costos de la vida de entonces en un comparativo con los costos actuales. También plantea temas como el manejo del correo en valijas y diligencias, y las marcas de un “machamos” (en vez de estampillas) en sobres que ahora son artículos coleccionables.
Los nombres de callejones como los del ahorcado o la calle del cuchillo obedecían a eventos que habían pasado en el lugar o a la ubicación de un herrero ellas, como en el segundo caso.
Las carnicerías eran los supermercados de entonces, en ellas se comercializaba además de carnes, hortalizas y articulos de mercado.
“En tiempos de la colonia las carnicerías era negocios tan exitosos que el impuesto que pagaban era tan honoroso como el impuesto a la sal. Y el carniero era uno de los burgueses de la época, tan rico como los dueños de los comisariatos ahora”, cuenta con una sonrrisa Hoyos.
El grueso tomo está dividido en nueve capítulos con temas como salud, educación, obra pública, vida mística y eventos catastróficos, como incendios y ataques piratas.
“Existen excelentes trabajos sobre Guayaquil en tiempos coloniales, pero a menudo son obras monográficas muy puntuales que cuentan temas aislados, bien sobre los astilleros u hospitales, sobre cuestiones demograficas y acerca de los ataques piratas…”, explica el director de Cultura del Municipio de Guayaquil, que llega a su vigésimo primer libro.
En menos de 200 años de vida republicana se han publicado cientos de libros sobre la historia guayaquileña, por lo que al investigador le extrañó siempre que 285 años de vida colonial solo hayan producido ‘unas pocas monografías’.
“Era necesraio no solo recoger todo lo que se había escrito, sino recurrir nuevamente a las antiguas actas del Cabildo para ver qué hechos históricos concatenados marcaron nuestra vida colonial”, agregó.