El ciclista John Jarrín fue velado en el Camposanto Santa Ana de Cuenca. Foto: cortesía Federación Deportiva del Azuay.
Su pasión por la bicicleta lo llevó a la gloria y murió con ella. John Jarrín Díaz, de 60 años, falleció a causa de un accidente de tránsito registrado en la avenida 10 de Agosto y Miguel Moreno, en el centro sur de la capital azuaya.
El percance ocurrió la mañana del lunes 8 de marzo del 2021, cuando Jarrín se dirigía al trabajo en su bicicleta. Hay varias versiones sobre la tragedia.
Tras el impacto, el ciclista quedó gravemente herido y fue trasladado al hospital José Carrasco Arteaga, donde fue sometido a una cirugía, pero no pudieron salvarle la vida. Esta tragedia ha dejado secuelas de dolor en los seres queridos, amigos y conocidos del deportista.
Jarrín nació en el cantón Guamote, provincia de Chimborazo, pero desde niño se radicó en Cuenca y tuvo un apego especial por la bicicleta. A los 15 años, cuando estudiaba en el colegio Técnico Salesiano, empezó su carrera en el ciclismo con el entrenador, Eduardo Narváez.
De allí se inscribió en la Federación Deportiva del Azuay y su primera competencia fue a los 18 años, en los Juegos Nacionales de Cuenca, donde obtuvo tres medallas de plata en persecución individual, por equipo y en los 100 kilómetros ruta equipos.
Jarrín participó en varias competencias nacionales e internacionales. Fue campeón Sudamericano (Argentina), Bolivariano (Cuenca) y Panamericano (Venezuela). En 1980 se convirtió en el primer ciclista ecuatoriano en competir en unos Juegos Olímpicos, en Moscú.
En sus entrevistas, Jarrín decía que los olímpicos le dieron la mayor satisfacción como ciclista de élite. En su carrera había hecho muchos amigos en casi todo el país, con quienes solía recorrer y practicar este deporte, los fines de semana.
Pero hace tres años, su vida tuvo un cambio radical inesperado. El 16 diciembre del 2017, su último hijo John Antonio, de dos años de edad, fue sometido a una cirugía por una hernia umbilical, en una clínica privada de Cuenca.
Tras esa intervención –en la recuperación- el bebé sufrió un paro respiratorio que desencadenó en un cuadro de parálisis cerebral y distrofia muscular. El niño pasó tres meses hospitalizado y más tarde el Ministerio Salud Pública determinó una discapacidad irreversible del 80%.
Jarrín y su esposa, Ximena Abril, mantenían una lucha por conseguir justicia por lo que ellos creían que se trató de una mala práctica médica. “Era una cirugía menor, mi hijo llegó sano y hasta ahora los médicos no me informan qué pasó”, dijo el padre en varias ocasiones.
Por eso los padres denunciaron el caso en la Fiscalía y en estos meses esperaban un fallo de los jueces. Abril renunció a su trabajo para cuidar a su niño y casi a la par Jarrín se quedó sin trabajo. La situación económica de la familia se había vuelto complicada.
El niño necesita terapias, equipos, medicamentos y suplementos por su condición de salud.
Hace seis meses, el ciclista había retomado los entrenamientos y el pasado 28 de febrero ganó una competencia que se realizó entre los sectores de Sayausí y Dos Chorreras, en Cuenca.
Los restos del exgloria del ciclismo azuayo y ecuatoriano fueron velados en el Camposanto Santa Ana y la eucaristía se cumplió a las 16:00 en las mismas instalaciones. Varias instituciones como la Federación Deportiva del Azuay y el Municipio de Cuenca presentaron sus condolencias a la familia
Mientras tanto, la misma noche del lunes 8 de marzo se cumplió la audiencia de formulación de cargos en contra del conductor Salvador B., involucrado en el accidente, en el Complejo Judicial de Azuay. El chofer tenía 11 años laborando en esta institución.
El juez le dictó la prohibición de salida del país y la presentación periódica en la Fiscalía, como medidas sustitutivas a la prisión preventiva y dispuso 30 días para las investigaciones de los hechos y la instrucción fiscal.