Brenda Flor y María José Carrión, del ala morenista, sesionaron ayer separados de los correístas. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Los asambleístas correístas y morenistas ya no están mezclados. Desde ayer, ambos grupos ocupan puestos diferentes dentro del Pleno de la Asamblea Nacional.
María José Carrión, de Alianza País (AP), levantó los dos pulgares al asumir su nueva curul. Ella ocupa el puesto que antes pertenecía a Augusto Espinosa, del grupo denominado como Revolución Ciudadana (RC).
La escena que se dio ayer en la Asamblea se asemejaba a las aulas de clase de una institución educativa, cuando los compañeros no se ven desde hace mucho tiempo y se dan besos y abrazos al iniciar el año lectivo.
La bancada correísta así lo hizo. Los asambleístas Marcela Aguiñaga, Liliana Durán, Gabriela Rivadeneira, Esteban Melo y otros se saludaron con abrazos. Eran de los legisladores más entusiastas porque ahora estarían entre coidearios.
La división de ambos grupos se dio tras ponerse en vigencia la decisión de la presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, de separar físicamente a los correístas y morenistas. Esta decisión se tomó para evitar roces “innecesarios” que se daban entre los exaliados.
La presidenta Cabezas, al instalar la sesión, dijo que espera que los legisladores se sintieran cómodos con sus nuevos puestos. Hubo aplausos tras las palabras, sobre todo de las bancadas de Creo, Partido Social Cristiano (PSC), SUMA, y Bancada de Integración Nacional (BIN), quienes reían por lo que sucedía.
María José Carrión no paraba de sonreír antes de la sesión de ayer. Ella estaba rodeada por legisladores correístas, pero desde ayer, está con su grupo.
El 13 de junio, Aguiñaga y Carrión tuvieron un cruce de palabras en el marco de un debate para decidir si la Asamblea debía pronunciarse o no sobre la posible vinculación del expresidente Rafael Correa a un proceso penal por el caso Balda.
El 5 de julio, Carrión hizo guardar silencio a Rivadeneira tras ser interrumpida en su discurso sobre una resolución para solidarizarse con el presidente Lenín Moreno por expresiones de Correa sobre su discapacidad. AP tenía 73 asambleístas en un inicio. Tras peleas internas, 44 se quedaron en ese movimiento y 29 lo abandonaron.