En Bahía de Caráquez, el ministro Javier Ponce gestiona las tareas de distribución de alimentos y útiles de aseo. Foto: Cuenta de Twitter del Ministerio de Agricultura
La magnitud de los danos que dejó el terremoto del sábado 16 de abril movilizó al Gobierno. El Gabinete dejó sus actividades regulares para concentrarse, por delegación del presidente Rafael Correa, en atender la tragedia.
Contar con líderes en territorio fue una de las estrategias desplegadas para administrar la crisis provocada por la devastación en provincias como Manabí. El lunes 18, siete secretarios de Estado fueron ubicados a la cabeza de los poblados más afectados.
A ellos se sumaron el vicepresidente, Jorge Glas, a cargo de coordinar acciones en Manta, y tres secretarios de Estado, como coordinadores generales.
El día del movimiento telúrico, Correa no estaba en el país, pero desde el avión en el que viajó de Italia a Quito dio directrices.
Glas monitoreó el trabajo de los voluntarios en el Complejo Deportivo Toalí, en Manta, que se convirtió en punto de acopio de donaciones y, además, en albergue para voluntarios que armaban raciones para los damnificados.
El lunes pasado no se conocían los niveles que alcanzaría la solidaridad nacional e internacional.
Glas pidió hacer fundas pequeñas para llegar a más gente con alimentos. Lo primordial, dijo, era que todos tuvieran algo que comer ese día.
Dentro de la delegación gubernamental, la secretaria de Gestión de la Política, Paola Pabón, se concentró en atender problemas en Canoa y Jama.
También en supervisar el funcionamiento de centros de acopio, y en verificar la dimensión de la destrucción en viviendas y edificaciones públicas.
Ella, como otros miembros del Gabinete, apenas ha podido comunicarse con su familia. Por eso se sintió muy motivada al ser recibida, en el Aeropuerto de Tababela por su pequeño sobrino, el viernes en la noche.
Llegó en un viaje relámpago a Quito para participar del Gabinete ampliado y el sábado del enlace, en el ECU-911. De inmediato volvió a Manabí.
Los ministros a quienes el Mandatario no asignó responsabilidades en territorios golpeados por el desastre se han reunido en Carondelet, en Quito, junto con el secretario de la Administración Pública, Pedro Solines.
Todos se han comunicado con el Mandatario, que ha dosificado su presencia en Quito (ayer recibió al Presidente de Colombia en Manta).
Pero, ¿qué ha pasado con el funcionamiento normal de las instituciones públicas? José Serrano, ministro del Interior, hoy a través de videoconferencia, se reunirá, como todos los lunes, con comandantes y coordinadores, para recibir reportes de seguridad a escala nacional.
Además está en contacto con el viceministro Diego Fuentes, quien despacha desde la capital.
Serrano se encuentra en Pedernales. Duerme en una unidad de policía comunitaria móvil, instalada en el estadio Maximino Puertas.
Ese es su centro de operaciones. Desde allí coordina con autoridades locales, articula acciones con ONG, recibe reportes de la Policía y FF.AA., ordena sobre tareas de rescate y provisión de alimentos y atención en salud, limpieza de escombros y basura…
Esto cuando no está recorriendo las zonas. El Ministro explica que la coordinación no solo es con instancias del Ejecutivo, para que los Comités de Operaciones de Emergencia puedan concretar medidas a tomar.
En las localidades hay un equipo interdisciplinario de ministerios.
El Gobierno movilizó a personal de distintas entidades públicas. Solo el Ministerio de Inclusión Económica y Social cuenta con 1 804 funcionarios desplegados en la zona de desastre y en Quito.
Hasta el viernes, 2 579 empleados públicos se registraron para ayudar, según Relaciones Laborales. No se sabe cuántos se desplazaron.