El Cementerio Azael Franco se ilumina la noche
Redacción Tulcán
La iluminación de las plazoletas y el contraste de colores en los nichos y las esculturas de ciprés asombraron a Nuri Mejía. Ella llegó acompañada de sus hijos y se tomó fotografías.
80 esculturas son cuidadas por Benigno Franco, el hijo del creador del trabajo artístico del lugar.Otros visitantes de Colombia, sin importarles el frío de la noche, recorrieron el cementerio Azael Franco. Los turistas se quedaron maravillados y decían que el campo santo de Tulcán lucía precioso.
En 2007 el Fondo de Salvamento dotó de recursos para la regeneración y la semana pasada inauguró la iluminación del cementerio a propósito de los 25 años de que se lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
La reconstrucción empezó con la ampliación del segundo piso del área administrativa para el museo documentológico y fotográfico.
En las dos plazoletas del ingreso al camposanto se construyeron bordillos y además se colocaron adoquines de colores.
La iluminación de la cruz, los nichos, las esculturas en ciprés y las plazoletas fueron parte de la segunda fase del proyecto.
Diego Villarreal, arquitecto de Scheréder, explicó que antes de alumbrar el cementerio se hicieron estudios en el exterior para no dañar las esculturas en verde.
Al ingreso se instalaron luces blancas directas empotradas a ras de piso. En las plazas, las plantas ornamentales y adoquines de color se enlazaron con el alumbrado. 25 puntos de luz en postes cónicos galvanizados de 4 milímetros de espesor están en las luminarias Isla (aluminio inyectado).
En cada lámpara hay 150 vatios de potencia con un blanco básico que conserva la reproducción del color. En una pared del área administrativa que da a una de las plazoletas se pintó un mural que se ilumina con la luz artificial.
Para la iluminación de las esculturas de ciprés se utilizó luz indirecta de 150 vatios encajada a ras de piso, para evitar daños. En el corredor de los nichos sobresale un azul magenta, que al combinarse con las luminarias blancas crea un juego que a los visitantes les agrada.
Las luces de la cruz y la fachada contrastan con tonos blancos, amarillos y azules.
Villarreal explicó que 123 luminarias dan el realce al cementerio Azael Franco. El sistema de iluminación funciona con transformador propio y niveladores de potencia y traductores de consumo herméticos. Las luces se encienden a las 18:30 y se apagan a las 21:30, automáticamente.
En el segundo piso del área de turismo está el museo documentológico. Pedro Velasco, alcalde de Tulcán, dijo que en este lugar se conserva la historia de antaño de la ciudad. En unas urnas de vidrio se conservan convenios binacionales firmados entre Ecuador y Colombia, cartas del Libertador Simón Bolívar y de otros personajes de la Independencia.
En gigantografías se exhiben fotos del Tulcán antiguo y se recrean el parque Isidro Ayora, el cuartel, los sitios turísticos antiguos... “Se quiere rescatar las vivencias del Tulcán que añoramos”, dijo Velasco. En la pared del área turística, mientras tanto está un mural del artista Luis Castro.
Él dijo que la propuesta de la pintura además de lo estético es elevar la fe cristiana para que la gente entienda que más allá de la muerte hay un mundo divino de paz ternura, amor y verdad.
Segundo Vizcaíno, trabajador municipal , comentó que a los turistas que llegan en las noches se les da información necesaria.
El Fondo de Salvamento y el Municipio de Tulcán gastaron USD 270 000 en la regeneración del cementerio Azael Franco.
Con nuevos recursos se intervendrá en una tercera etapa, que consiste en ampliar la iluminación en el segundo bloque del sitio. En ese lugar están las esculturas de ciprés, del artista Lucio Reina, jubilado recientemente.